AGUA VIVIENTE
NEVILLE GODDARD
19 de Abril, de 1963
Traducido por: Laura Arrojo
El primer símbolo que se nos da en
la biblia, es aquel del agua. Lo encuentras en el segundo versículo del primer
capítulo de Génesis. Antes de su primer acto creativo, se nos dice que Dios
movió las superficies del agua, y Dios dijo, “Que sea la luz; y hubo la luz”.
Antes de su acto creativo, él se movió sobre las superficies del agua. El agua
es un símbolo muy preciado para mí, por mi primera visión, cuando tenía siete
años de edad.
Pero, ¿Qué es esta agua de la que
él está hablando? Aquí se nos dice en el capítulo 2, versículo 13 de Jeremías:
“Mi pueblo ha cometido dos males: me han abandonado a mí, fuente de aguas
vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no
retienen el agua.” Entonces aquí, ÉL se define a sí mismo como el agua
viviente. En el capítulo 4, versículo 10 de Juan se nos dice: “Si tú conocieras
el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías
pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva.” Aquí encontramos a la misma agua
viviente. Él te está diciendo que tiene el poder para darte a ti agua viva, lo
cual Dios define como a sí mismo.
Por lo tanto, ¿qué es el agua
viviente?; Escuchen cuidadosamente, porque ahora tenemos la verdad. Y esto está
en el libro de Proverbios, el capítulo 27 versículo 19: “Como el agua refleja
el rostro, así la mente del hombre, refleja al hombre.” Ahora vemos lo
que el agua es: así como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre
refleja al hombre, no a la mente. La mente no es más que un reflector -
refleja al hombre, el poder operante. Él tiene agua viviente.
Blake, al cual le tengo mucho
cariño, y del que hablo todo el tiempo, su primera visión fue una de un árbol
de ángeles, a los 8 o 9 años de edad. Y él fue a su familia y les contó a sus
padres que acababa de ver un árbol lleno de ángeles. Su padre, para hacerlo un
niño sensible, lo preparó para darle una golpiza. Afortunadamente para Blake,
su madre intercedió y lo salvó. Quizás para eso están las madres, para
protegernos de nuestros padres violentos. Aun así, no fue golpeado; pero su
padre quería hacerlo un ciudadano razonable, cuerdo y sólido; y él, estaba
viendo ángeles en un árbol. Ese es el primer pensamiento conocido que tenemos
de Blake, de todo lo que se ha dicho sobre Blake, y el último pensamiento, se
dice que es sobre una vecina que estaba presente en su lecho de muerte. Luego
ella fue a casa, y le dijo a sus parientes que acababa de estar en la muerte,
no de un hombre sino de un ángel bendecido. Eso es lo que enseñó Blake durante
toda su vida: “Nos convertimos en lo que contemplamos”. Y he aquí una vecina
podía decir que vio la muerte, no de un hombre, sino de un ángel bendito.
No, él no se convirtió en eso
inmediatamente. E indudablemente hubo innumerables momentos en su vida de 70
años que vivió, que no fueron momentos angelicales, si lees la historia de
Blake cuidadosamente; pero en el final, él cumplió lo que contempló. A través
de todo su poema más grandioso, Jerusalén, aquel pensamiento se infiltra en las
completas cien placas: “Ellos se convierten en lo que contemplan”. Y nos convertimos, cada uno de nosotros.
Entonces ¿Cuál es tu concepto de ti mismo hoy? ¿Es tu concepto realmente lo que
debería ser? ¿Un hijo de Dios, o un hijo de la Señora Brown? Dulce y amorosa es
la señora Brown; aunque dulce y amorosa como tus padres lo son en este mundo,
no se puede comparar con el concepto que tú podrías sostener sobre ti mismo, el
cual es: “Yo soy el Hijo de Dios”. Si ese es verdaderamente tu concepto de ti
mismo, y observas al espejo de tu mente y contemplas tal concepto de tu ser,
quizás no aparezca inmediatamente en tu mundo, pero sí aparecerá. Porque por
esta ley, nos convertimos en lo que contemplamos.
Yo sé que cuando tenía siete años,
mi primera visión fue de agua. Solía aterrorizarme. Sucedía una vez al mes,
hasta que llegué a la edad de la pubertad. Siempre podía darme cuenta cuando
iba a venir, por aquel humor que me iba surgiendo durante el día. Y siempre se
repetía. Yo me convertía en un océano infinito, y aun así yo era una ola moviéndome
sobre el pecho de aquel océano. Durante ese intervalo de la noche, yo era
ambos, el océano tanto como la ola. Y como la ola, yo era lanzado hacia el
aire, y luego era recibido de vuelta a mí mismo, en el seno de aquel océano.
Era una experiencia aterrorizante. Pero el océano era un océano muy enojado, un
océano turbulento. Y luego dejó de suceder, cuando llegué a la edad de la
pubertad.
Luego fue tomado por otro concepto
de un océano; y esta vez, el océano era agua viviente. Eso sucedió cuando yo estaba
en mis veinte años, quizás veintiuno, en la ciudad de Larchmont, en Nueva York.
Esta noche en cuestión, cuando me desvanecí de este mundo, me hice uno con una
inmensidad - yo no tenía circunferencia - y era todo luz dorada líquida. Pero
no era una luz enojada, era suave, luz pulsante. Toda la cosa era suave y
pulsante, y yo era eso, y no había nada más que eso. Ahora no había una ola;
había integración, completa integración. Yo era una luz pulsante, viviente,
dorada y líquida. Duró toda la noche. Porque cuando me desperté en la mañana,
el libro que estaba leyendo estaba en mi pecho, era un libro muy grande y
pesado, probando que no me había movido mientras dormía. Yo debo haber estado
en un trance. Debo haberme inducido en un estado cataléptico en algún momento
de la noche, porque la cama estaba prácticamente sin mover, sin tocar. El sol
había salido, y la lámpara para leer estaba todavía prendida. Así que debo
haber tenido 8 o 9 horas de profunda catalepsia, en este océano infinito de luz
dorada, pulsante y líquida.
Pero ahora, el espejo tomó otra
forma diferente. En tal espejo, tú puedes ver lo que quieres ver. En tal
espejo, no hay una imagen rota, como cuando yo era un niño de 7 años; eso era
una imagen rota. No podía ver nada en ese espejo; era muy turbulento. Pero
luego vino aquél momento en el tiempo cuando verdaderamente lo busqué a él.
Como se nos dijo en Jeremías: “si me buscas con todo tu corazón, seré
encontrado por ti… y luego restauraré tus fortunas” (Jeremías 29: 13). Si
verdaderamente me buscas a mí, con todo tu corazón, seré encontrado por ti.
Luego todas tus fortunas que parecen haber desaparecido, serán todas
restauradas. Todos pueden encontrarlo. Todos lo van a encontrar a él, cuando
estén sedientos por encontrarlo, porque hay una sed, que solo una experiencia
de Dios puede satisfacer. Nada en el mundo podrá satisfacerla excepto una
experiencia de Dios.
Estamos aquí esta noche, y esta
agua viviente es tu mente. Tú no eres mente; tú eres Dios. Dios se mueve sobre
la superficie de las aguas, y se nos dice en aquel capítulo 27 versículo 19, el
cual acabo de mencionar, que así como el agua refleja el rostro, así la mente
del hombre refleja al hombre. Y ese hombre, es una mente; la mente refleja al
hombre. El hombre es Dios. Dios se hizo hombre para que el hombre pueda
convertirse en Dios. Así que cuando miras a la mente de tu propio ser, ¿Qué
estás viéndote ser? Lo que sea que estés observando que eres, aunque no se
externalice en el inmediato presente en tu mundo, si eres fiel a la visión, no
hay poder en este mundo que pueda detenerte de exteriorizarlo dentro del mundo.
¡No hay poder que lo detenga!
Así que en las palabras de Blake…
y él era fiel a la visión divina en tiempos difíciles. Todos los problemas del
mundo, los mares turbulentos del mundo, no le estorbaban la visión. Él observó
la visión de un ángel, un verdadero ángel. Entonces dijeron que estaba loco. Lo
escuché aquí, recientemente. Mi esposa dijo que alguien que vino aquí le
preguntó a uno de los profesores de la ciudad qué pensaba de Blake, y él le
respondió “Oh, bueno, ese hombre estaba demente. Está loco.” Ahora, Blake tenía
todos los atributos de insania, todos los aspectos de locura, pero ninguno de
sus obstáculos, ninguno. Si todos fuéramos tan locos como él lo era. Si
fuéramos tan locos como él, entonces veríamos lo que él vio. Él no estaba loco.
Él realmente vio la doble visión. Vio la triple visión. Él vio la cuádruple
visión.
Tocaré el tema de la cuádruple
visión el martes por la noche, cuando hable del poder, el milagroso poder del
apego: porque esa es la cuádruple visión. Pero él tenía siempre la doble
visión, en todo momento. Para él, nada era simplemente lo que aparentaba para
los sentidos. Un árbol no era tan solo un árbol. Eso es lo que él llamaba la
visión individual, el sueño de Newton, el sueño de los científicos, donde,
bueno, la luna es la luna, el sol era solo un sol, un cuerpo quemante. En
cambio, para él, era simplemente los ángeles proclamando la gloria de Dios.
Entonces él veía a un cardo - y no era tan solo un cardo, sino una “cana de un
hombre viejo”. No importa lo que él veía, él lo veía doblemente: todo tenía
otra imagen contenida dentro de ella, hasta que finalmente, él pudo alcanzar la
cuádruple visión, y esa es la visión perfecta.
Pero aquí, cuando no aceptas que
la mente es solamente una pequeña cosa que el mundo externo puede entrenar;
tómala tan solo como un espejo; déjala tan solo como a un espejo, y tú
determinas lo que quieres ver de ti mismo, mientras observas al espejo y te
concibes a ti mismo como un solo ser con Dios. Y mientras miras al espejo de tu
propia mente, completamente creyendo que tú eres él, como todos los espejos,
ellos no cambiarán la imagen, sino que la van a reflejar. Y el día vendrá en
que tú realmente serás recompensado con reales experiencias para demostrarte,
para tu propia satisfacción, que tu imagen es verdadera. Tienes todas las
experiencias tal como fue escrito en las escrituras. Porque el espejo solo te
refleja a ti. Así que si tu concepto de ti mismo es el de una pequeña persona,
golpeada, pobre, e insegura, cuando lo observes, vas a ver solamente la
confirmación de ello.
Esta noche puedes darte a ti mismo
cualquier regalo en este mundo. Si tan solo conocieras el regalo de Dios, y
quién es él, diciéndote: “Dame un sueño”, tú le pedirías a él, y él te daría
agua viviente. No solamente agua de la cual pronto volverás a tener sed, sino
agua viviente. Si realmente crees que es así como funciona, que no necesitas a
ningún ser en este mundo, tú tienes el espejo. Tan solo fíjalo, aquiétalo. Como
se nos dijo en el Salmo 23: “Él nos guía hacia aguas tranquilas” - no hacia
aguas estancadas; están tranquilas, y pueden reflejar. Él restaura mi alma de
esta manera. Él me guía hacia las aguas
tranquilas.
Entonces la mente se tranquiliza. Yo no estoy ansioso, no estoy
preocupado, y sé que si observo dentro
de mi mente, y te veo como me gustaría verte, y me convenzo a mí mismo y me
persuado a mí mismo, de la realidad de aquella imagen de ti... No necesito
hacer nada para que se haga así; se convierte así. Se desenvuelve en su propio
tiempo especificado, y luego tú te amoldas a la imagen que yo sostengo en mi
propio ojo de la mente respecto a ti. Así que el espejo solo refleja los
conceptos que yo sostengo dentro de mí mismo. No debo serte fiel a ti, es a mi
concepto que tengo de ti, al que debo serle fiel. Si sostengo mi más noble
concepto sobre ti y otros en mi mundo, y permanezco fiel a mi visión, no hay poder en el mundo que pueda
detenerlo de externalizarse a sí mismo en mi mundo.
Este símbolo del agua es muy, muy
cercano a mí. Porque voy atrás en el tiempo, y la primera imagen… recapitulamos
todas las cosas dichas en las escrituras, y la primera imagen es agua, y mi
primera visión fue aquella del agua. No puedo decirles lo aterrorizador que fue
hasta que llegué a la edad de la pubertad, y luego se desvaneció. Luego volvió
cuando llegué a mis veintipico, pero esta vez el agua no era turbulenta sino
que era viviente, realmente agua viviente. Yo era la única cosa: yo era todo. Y
aun así no había mundo, no había nada, solamente viviente, pulsante, brillante
luz dorada, luz infinita. Y luego supe, más adelante, que dentro de esto yo
podía ver cualquier cosa que yo deseara ver; y al verlo, no había poder en el
mundo que pudiera detenerlo para que suceda. Y luego, porque no eres un hombre
sabio, no tienes la experiencia académica, no tienes estas cosas para apoyar
tus declaraciones, pero ningún poder puede perturbarlo. Porque estas experiencias
pertenecen a una región que es mucho más profunda y más real, que aquella en la
que el intelecto habita. Así que todos los argumentos en el mundo que ellos
tiran no puede perturbarlo, no importa lo que te digan.
Así que la pregunta eterna, “¿Qué
vino primero, el huevo o la gallina?”; y ha acabado con las mentes de
innumerables personas tratando de dilucidar cuál vino primero. Porque la razón
nos dice que no podrías tener a una gallina a menos que tengas un huevo, y
¿cómo puedes tener a un huevo a menos que tengas una gallina? Así que ¿Cuál
vino primero? El eterno problema. Puedes resolverlo de inmediato con la
Imaginación. Es una pregunta tonta, y cualquier intento del hombre para
responderla, será una tonta respuesta. Vinieron uno del otro. Yo vengo de Dios,
y Dios vino de mí. Yo soy tal como el huevo. Y Dios, de sí mismo, yo caí. Él me
hizo caer así como la gallina hace que el huevo caiga. Ese es el final de la
doctrina de la caída, ninguna otra caída. Y luego desde ese estado yo
simplemente me elevé, como una gallina saliendo del huevo. Y ese es el final de
la doctrina de la evolución: yo soy uno con el mismísimo ser en el cual yo era,
antes de haber caído de él.
Así que todos caímos, fue un plan
predeterminado, como se nos dice en el primer capítulo versículo 4 de Efesios:
“según me escogió en él, antes de la fundación del mundo”. Sí, él me eligió a
mí en él mismo antes de la fundación del mundo. Y luego cuando todas las cosas
estaban preparadas, al igual que un nido - porque es eso lo que el mundo es,
todas estas galaxias, igual que un nido - él me deja caer. Yo caigo en Dios,
justo dentro del nido; y luego de la incubación, yo, por un esfuerzo dentro de
mí mismo, salgo. Así que esa cáscara de huevo es igual que tu cráneo. Está
sellado, tal como tu cráneo está sellado, y dentro de él, está todo lo que era
su aparente Creador, ni más ni menos. Cuando todo se haya completado, tú
saldrás. Cuando sale, tú serás uno con Dios, igual que Dios, conteniendo dentro
de sí mismo, el mismo poder para engendrarse a sí mismo, y dejar caer a su
propio ser en las galaxias, y dejar que otros dioses aparezcan.
Así que solo la Imaginación puede
conectar el hueco que hay entre esas dos cosas, ¿Qué vino primero, el huevo, o
la gallina? No, ellos son uno; vinieron uno del otro. Como se nos dijo en el
capítulo 3 versículo 16 de Gálatas: Entonces del hombre sale Cristo… “y tú
descendencia que es Cristo”. Yo sé que el mundo entero enseña otra cosa y no
eso. Pero para mí, la religión comienza en revelación, y luego cae en el dogma,
en el eclecticismo, en los rituales, en todas estas cosas externas; y allí
permanece atada. Pero esa no es la verdad. La verdad es visión. Cuenta la
visión tal como se te fue dada a ti. Si no tiene sentido para aquellos que la
escuchan, cuéntala sin distorsión, cuéntala tal como salió. Si no la entienden,
no la modifiques para que ellos puedan entenderla. Cuéntala tal como vino. Por
lo tanto, así es exactamente cómo sucedió.
Tal como se te dijo, “Nos
convertimos en lo que contemplamos”, estoy tratando de alentarte a que tomes
una imagen esta noche. Podría ser que esta imagen que tomarás esta noche, no
necesitará más que digamos, un día, una semana, o un mes para materializarse.
Yo no conozco el intervalo de tiempo. Pero toma un amoroso y noble concepto de
ti mismo, donde tú estás contribuyendo al bien del mundo. Donde realmente estás
contribuyendo, y siéntete limpio y completo en esa contribución. ¿Cómo sería si
fuese verdad? Bueno, ahora mira en el ojo de tu mente, y obsérvate a ti mismo
como ese ser que contribuye. Porque tú puedes concebirte a ti mismo como ese
ser. Sí puedes hacerlo; así que observa hasta que realmente sientas la
excitación de ser tal Ser. Ahora, de una manera que nadie conoce, saldrá del
cascarón, porque desde adentro de esa misma visión tuya, saldrá todo lo que se
necesita para exteriorizarla en tu mundo.
Tú puedes ser cualquier cosa en
este mundo que deseas ser, si sabes cómo moverte sobre la superficies de las
aguas, y las superficies de las aguas, es simplemente moverte sobre tu propia
mente, eso es todo. Tú no discutes con nadie. No le pides a nadie que te ayude.
Simplemente observas a tu propio ser, y te concibes a ti mismo siendo el
hombre, siendo Ya aquel hombre, o aquella mujer que quieres ser. Y no le
preguntes a nadie si es posible. Si son riquezas lo que quieres, bueno
entonces, que sean riquezas. Si es reconocimiento lo que quieres, entonces deja
que sea reconocimiento. Si es un incremento en talentos, que ahora estás
expresando, entonces, un incremento en talentos. No me importa lo que es.
Concíbete a ti mismo siendo ya el ser que te gustaría ser, y al concebirlo,
busca confirmación.
Si no hubiese un reflejo en este
mundo, nadie sabría cómo él se ve. Así que Dios crea a un reflector
inmediatamente. Es una mente; se la llama agua. Pero luego se nos explica en
Proverbios, a lo que él se refiere por “agua”, y nos dice, “Como el agua refleja
el rostro, así la mente del hombre, refleja al hombre.” No refleja a la
mente, sino que refleja al hombre. Así
que, ¿Qué es ese hombre para sí mismo? Luego mira dentro de su mente. Cuando él
mira dentro de su propia mente, verá
reflejado en esa mente - es tan solo un espejo - lo que él es para sí mismo, y
por la ley de que todas las cosas se convierten en lo que contemplan, él no puede
evitar convertirse en ese hombre. ¡No puede evitarlo! Así que les digo, sueñen
noblemente, sueñen los estados más idealistas en el mundo, y luego permanezcan
fiel a sus sueños, tal como si fueran cierto. Si lo haces, sucederá sin la
ayuda de ningún ser en este mundo. No los necesitas. No necesitas a nadie para
que te ayude. Tú te convertirás exactamente en lo que te has imaginado ser.
Así que esta agua viviente no es
una cosa extraña, la que él te va a dar. Él te dará el mensaje, eso es lo que
te dará. Él te contará todo sobre ti mismo. Si tú estás sediento por ser otra
cosa de lo que ahora eres, pídele a él - él está dentro tuyo - y díselo. Él te
dará agua viviente, algo tan vivo que refleja exactamente lo que eres. Nada
turbulento; yo atravesé el estado turbulento. Indudablemente, eso es
exactamente lo que el hombre es, en su primera etapa que atraviesa, cuando él
no podía ver nada reflejado. Él solo veía confusión y turbulencia. Luego vino
ese momento en su tiempo, cuando él podía tranquilizar la mente, y la mente
tomó una cualidad viviente y se convirtió en agua viviente. Pero tú tomas al
hombre primitivo, y él no puede concebir que todo lo que él está haciendo, es
causativo de las cosas que están pasando en su mundo. No puede concebirlo
porque no puede ver ningún reflejo en su mente; porque su mente no está fija,
tranquila, la mente está muy turbulenta. Pero cuando el hombre controla a esa
mente, él cambia de estar en ese violento y atormentado mar, el cual
experimenté cuando era un niño de 7 años, hacia aquella luz viviente, pulsante
pero reflejante, donde él se ve a sí mismo cuando mira hacia adentro.
Porque, al observar adentro de
ella, la cosa más extraña sucede. Un día, leyendo o contemplando una imagen
similar, que estaba en el libro que leía esa noche cuando me quedé dormido -
porque estaba leyendo: “La vida de Buda”, cuando esto me sucedió la primera
vez. Esta noche en cuestión - no leía el libro de Buda, sino que contemplaba a
Buda - mientras lo hacía, ante mis ojos vino esta enorme piedra sílex. Y luego
sin esfuerzo de mi parte, se rompió en muchos pequeños fragmentos, y luego unas
manos invisibles la moldaron en esta hermosa figura meditando, que era como un
Buda, meditando. A medida que me acerqué y la observé, yo me estaba observando
a mí mismo. Yo Era la cosa que estaba contemplando. ¡Y la excitación que tuve!
He aquí yo vi a esta figura Oriental sentada en la misma postura que encuentras
a Buda, la pequeña estatua de Buda, hecha de este sílex. Cuando me vi a mí
mismo, y vi que yo era la figura que contemplaba, ésta brilló y brilló. Cuando
alcanzó la intensidad de la luz, explotó, y luego yo estaba de vuelta donde
estaba antes.
Este espejo de la mente refleja
perfectamente lo que haces. Así que te digo, inténtalo. Inténtalo esta noche.
Toma un glorioso concepto de ti mismo; tómalo de un amigo, tómalo de tu padre,
de tu madre, de tu hijo; y tú permaneces fiel a la imagen que sostienes de
ellos. Hazlo sin que ellos lo sepan, hazlo sin su consentimiento, y tan solo
sostenla en el ojo de tu mente hasta que puedas verla, verla claramente. No
tienes que hacer nada más que eso, tan solo obsérvalo claramente en el ojo de
tu mente, y luego déjalo. De una manera que nadie conoce - y que tú no podrías
conscientemente idear los medios para hacer que suceda - sucederá.
Ahora, en el final del libro, en
el capítulo 22 de Apocalipsis, nos trae de nuevo a cómo comenzó en el libro de
Génesis. Fuimos todos invitados a venir, aquellos que están sedientos, vengan y
tómenlo sin precio alguno. ¿Que tomen qué? Tomen esta agua viviente. Así que
todos los 66 libros, están impregnados con esta agua viviente. Y cuando llegas
al último de todos los capítulos - en el versículo 17 del capítulo 22 de
Apocalipsis - una vez más él trae el tema de esta agua viviente. Así que todos
están invitados a venir y tomar sin precio alguno, comprar sin dinero alguno;
tan solo tómalo. A cualquiera que me escuche esta noche, tú lo tienes, así que
no te costará nada intentarlo. No necesitas nada más que una determinación de
otra cosa de la que ahora eres; y algo grandioso, algo noble, algo maravilloso.
Luego, en el ojo de tu mente, te ves a ti mismo como a esa persona.
Una linda manera de verte a ti
mismo como eso que quieres ser, es trayendo a un amigo al ojo de tu mente, y
hacer que tu amigo, por su expresión y el sonido de su voz, y por lo que él te
está diciendo, esté confirmando que él ve en ti, a dicho ser. Deja que él te
vea, y luego en el ojo de tu mente, observa su expresión, una de completa
satisfacción si es que él es un verdadero amigo; nada de envidia de su parte,
si él es un verdadero amigo, sino orgullo en su cara, porque él te tiene a ti
como a su amigo, y él está tan orgulloso de tus logros. Si quieres agregar más
a ello, sostén una conversación mental con él, desde la premisa de que él
realmente ve, y aprueba, a este “tú” en el que te has convertido. Eso te
mostrará lo que tú verías - si no tuvieras eso para reflejarlo en tu mente - lo
que tú verías en las profundidades, como a “tú” ser. Y déjenme que les diga, se
sorprenderán en cómo funciona. Pero tú debes quererlo. “Aquel que me
busca con todo su corazón, me encontrará, y yo restauraré todas sus
fortunas.” Pero tú debes buscarlo. Yo debo realmente quererlo con todo mi
corazón. Cuando lo quiero, pero realmente lo quiero, lo encontraré.
Luego tienes esa enorme
satisfacción, que realmente no importaría si todos los hombres sabios del mundo
se levantaran en oposición, porque no habría diferencia en absoluto. No estás
hablando sobre esta esfera. No estás hablando de algo que puedes ver con un
telescopio o un microscopio; no puede ser visto por ningún instrumento hecho
por el hombre. Es algo completamente fuera del rango de los telescopios y
microscopios. Así que tú simplemente miras justo dentro, y lo ves. Cuando te conviertas
en eso, la razón intervendrá y tratará de justificarlo, y todos los hombres
sabios dirán: “Pero sabes, eso hubiese sucedido de todas maneras. Mira,
conociste a tal y tal, y luego él te presentó a tal y tal, y luego tuviste tus
oportunidades. Y porque tuviste tus oportunidades, tú te convertirás en eso.
Pero no esperes que otra persona pueda hacerlo.” Y luego, siempre intentarán
minimizar el trabajo de este maravilloso poder. Pero les digo, nunca falla. Nunca
falla.
Todos son invitados - en el
capítulo 55 de Isaías, el primer versículo, dice - “A todos los sedientos,
venid a las aguas”, pero les digo, a todos. Sin limitaciones, no solo aquellos
que son de una cierta raza o a quienes pertenecen a cierta tribu, sino a todos
los sedientos, venid a las aguas. Y no hay precio para eso. Vengan y tómenlo,
sin dinero, sin precio. Todos son invitados, si es que él está muy sediento,
que venga a las aguas. Así que vemos a través de todos los 66 libros, que están
infiltrados con esta fantástica agua, y el agua es tu propia maravillosa mente.
El único que está mirando dentro de ella mañana, tarde, y noche, es el hombre
que realmente eres - y ese hombre está destinado un día a despertar, para
descubrir que él mismo es Dios.
Si, tú caíste, deliberadamente.
Dios permitió que caigas, porque el nombre: Yod He Vau He, el verbo He Vau He,
significa “caer”, o de manera causativa, “causar que caiga”; o “soplar el
viento” o, en forma causativa, “hacer que el viento sople, o hacerlo mover”.
Así que fue Dios, porque ese es su nombre, Yod He Vau He, quien, como el pollo,
permitió que el huevo cayera. Pero en ese huevo, el cual fue fertilizado por
Dios, está él mismo; y luego de la incubación, él, desde adentro, hace un
esfuerzo - porque el plan está todo allí dentro - y lo rompe. Y luego él se
eleva, así como lo hace el pollo, siendo capaz del mismo poder creativo, la
misma creación, que aquello que aparentemente lo trajo a la existencia, uno con
Dios, su propio creador.
Así que esta noche, si ya te has puesto de acuerdo con algo, y
quieres perseguirlo más allá de una hora, tan solo tómalo, y toma la palabra
agua, y ve capítulo tras capítulo, y observa lo que se dice de esta maravillosa
agua. Primero que nada, en el argumento en el capítulo 4 de Juan, en el minuto
en que él habla de esta agua, le reclaman: “Bueno, ¿Cómo puedes hacerlo? No
tienes un balde, ni soga, y el pozo es profundo. ¿Quieres decir que el agua que
nos darás, es mucho mejor agua, que la que puedo sacar de este pozo que nuestro
ancestro Jacob cavó para nosotros?” y él te dice, “Con esta agua nunca más
tendrás sed. El agua que te daré será un pozo nuevo de agua, brotará hacia la
vida eterna. Nunca cambiará.” Pero ella no podía entenderle realmente, y luego
le reveló a ella, quién era él.
El primer milagro que se hizo en
el evangelio de Juan, es convertir el agua en vino; en otras palabras, en agua
viviente. De un estado turbulento, tú lo conviertes en algo vivo, un agua
viviente. Así que se nos dice, en la
primera carta a Timoteo, capítulo 5, “Ya no bebas agua; sino usa un poco de
vino por causa de tu estómago y tus muchas enfermedades” (versículo 23). No
tiene nada que ver con el vino que tú y yo disfrutaríamos con una buena comida.
Sino que tú simplemente, dejas de absorber el “¿qué hacer?”, y te conviertes en
un hacedor, y lo haces. Así que deja de tomar agua; simplemente deja de
absorber noticias mañana, tarde y noche, respecto a: “¿qué es lo que debería
hacer para convertirme en lo que me gustaría ser?”; y luego conviértete en un hacedor, y hazlo.
Así que conviertes el agua, en vino.
Entonces el primer milagro hecho
en el evangelio de Juan, que está en el capítulo 2, él llenó jarras de piedra
con agua y trajo, no agua esta vez, sino vino, agua viviente. Porque eso es lo
que es el vino. Es algo que está vivo.
Así que él lo convirtió en algo que realmente está viviendo en la vida
del hombre. Por lo tanto, si alguno se va de aquí esta noche, usa el vino por
causa de tu estómago, y no simplemente absorbas las noticias. Si escuchan lo
que escucharon esta noche, y no lo hacen, entonces todavía están tomando agua.
Pero si sales, y ya sea que nunca más vuelves aquí porque tu patrón cambia en
el mundo y te vas a otro lado, pero no te olvidas lo que escuchaste, y al no
olvidarte lo aplicas, entonces tú estás tomando vino. Lo pones en práctica, no
importa dónde estés en el mundo, y a medida que lo pones en práctica, obtendrás
los resultados para cumplir la declaración de Santiago que dice, “Sean
hacedores de la palabra, y no meramente oidores, engañándose a sí mismos.”
(Santiago 1: 22).
Conviértete en un hacedor, y ser
hacedor es poner en práctica lo que has escuchado esta noche. Comienza con un
amigo. Esta noche, toma a un amigo en tu mundo, que pienses que podría
realmente ser ayudado financieramente, socialmente, y físicamente. Pero ¿puede
ser ayudado? Tú piensas que él puede ser ayudado, bueno, entonces, lo ayudas.
Tráelo ante el ojo de tu mente, y te lo representas a ti mismo, tal como él
debería ser visto por el mundo entero; y tú crees en la realidad de esa imagen
de él. Te estás moviendo como Dios, sobre la superficie de las aguas, y estás
creando tal como Dios creó en el principio. “Y el Espíritu de Dios se movió
sobre las superficies de las aguas… y luego Dios dijo, ‘Que sea la luz’, y hubo
luz.” (Génesis 1: 3). Pero Él no hizo nada hasta que no se movió sobre las
superficies de las aguas.
Así que tú puedes caminar por la
calle, y moverte en las superficies de las aguas, viajar en autobús, y hacerlo,
sentarte en silencio, y hacerlo. Pero aquieta la mente. No importa lo que él o
ella aparentaban ser anteriormente, ese es un pensamiento muy perturbador, si
tú debes pelearlo. No importa lo que ellos eran antes, eso es como un océano
tormentoso si ellos no son agradables, o si las cosas no están bien para ellos.
Así que no intentas hacer nada al respecto. Tú solamente los traes ante el ojo
de tu mente, como ellos deberían ser vistos por ti, y por el mundo, y
por ellos mismos. Entonces pones a eso, como la imagen que será reflejada desde
esta maravillosa agua moviente, la cual es tu propia mente.
Léanlo cuando vayan a sus casas,
“Como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre, refleja
al hombre.” ¿Cómo puedes interpretar eso? La mente del hombre refleja al
hombre. ¿Entonces un hombre se está quejando que la sociedad no es amable con
él, que el jefe en su trabajo es muy cruel, y que no está ganando suficiente
dinero? Él está reflejando solamente el ser, que él mismo se concibe ser, y
ellos en este mundo, solamente están reflejando lo que él, dentro suyo, ha
configurado como un patrón. Si no le gusta lo que está sucediendo - porque
ellos son solamente espejos - bueno, entonces deja que él baraje de nuevo las
cartas como sea necesario, y cambie el concepto que él sostiene de sí mismo. Al
cambiarlo, permítele que ahora le sea fiel. Porque recuerda aquel intervalo de
tiempo, como se nos dijo en el libro de Habacuc, en el segundo capítulo: “Cada
visión tiene un tiempo señalado; madurará y florecerá. Aunque pareciera tardar,
espéralo; pues sin duda vendrá, y no tardará.” (Habacuc 2: 3). Cada huevo tiene
un intervalo de tiempo diferente en el cual nacerá: el de un pollo, es de tres
semanas; el de alguna otra ave, quizás es un intervalo más corto; y el de otra
ave, un intervalo más largo. Lo mismo es cierto sobre los huevos que traen a
los hombres al mundo, así como los de las ovejas y los del ganado. Hay
intervalos de tiempo. Así que tu imagen esta noche, de un amigo, o de ti mismo,
tendrá su tiempo señalado, y si le eres fiel y no lo confundes, madurará y
florecerá.
Te invito a que lo intentes. Y
luego conocerás este misterio del agua; porque les he dicho que la biblia es un
misterio que no debe ser guardado en secreto, pero es un asunto que es
realmente misterioso en carácter. No hay razón para pensar ni por un momento
que debe ser guardado en secreto solo para alguno de nosotros: cuéntaselo a
todos en este mundo. Pero la biblia no es lo que se nos dice en el pasaje de
Jeremías, en el capítulo 2, cuando él dijo, “Mi pueblo ha cometido dos maldades”
- y luego menciona a la primera - “Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me han
abandonado a mí, que soy fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas,
cisternas rotas que no retienen el agua.” (Versículo 13). Y estas cisternas
rotas son simplemente todos los ismos del mundo, realmente todos. Están
tratando de sacar algo de estas cisternas rotas y no pueden obtenerlo.
Porque los hombres que escribieron
nuestra biblia… y nadie conoce a los autores, nadie. El que mencionamos esta
noche de Génesis, no hay ni un académico digno de nombrar que escriba sobre
este libro, que tenga algún manuscrito firmado. Hay tres letras. Una de la que
se habla es el manuscrito J, otra el manuscrito E, y otra el manuscrito P; y
eso es todo lo que tienen para decir, completamente sin firmar. No hay
identidad de los autores. ¿Quiénes son? ¿Cómo vinieron al mundo? ¿Acaso
nacieron como nosotros nacimos? ¿Vinieron realmente como tú y yo vinimos, a
través del vientre de una mujer? ¿O aparecieron en nuestro mundo, como yo, una
noche hace muchos años, entré en otro mundo, sin ir a través del vientre de una
mujer? Yo era tan real como este mundo, sólidamente real. Y al salir de mi cama
hacia ese mundo, no era la tierra, pero era un mundo sólido igual a este, con
gente vestida como tú estás vestido. Y si alguien me hubiese arrestado allí y
obligado a dar un certificado de nacimiento o una identificación que fuese
entendida en ese mundo, yo no hubiese podido hacerlo. Así que no entré allí a
través de ningún canal normal de nacimiento físico. Yo volví aquí, sin volver
de ninguna manera conocida.
Así que ¿Quién es E, y quién es P, y quién es J? nos dan símbolos y
letras, pero no tenemos manera de saber quién es el autor de Génesis. Tan atrás
como podamos ir, no podemos encontrar ningún manuscrito que estos académicos
podrían catalogar de ninguna manera, salvo decir que es el manuscrito J, es el manuscrito E, o es
el manuscrito P. Entonces ¿Quiénes son estos fantásticos autores? Porque si lo
trataras como literatura, no encontrarías nada más grandioso que el Génesis. Y
respecto a la visión, ¿Dónde encontraríamos algo más grandioso? ¿Pero quiénes
son los autores? Completamente anónimos para la mente moral. Pero allí están,
los cincuenta maravillosos capítulos. Y
la cosa completa es infiltrada con agua. Nuestros historiadores y maestros de
la biblia tratando e convencernos que el agua era un ítem muy preciado en el desierto, tan preciado era en
donde toda la cosa fue hecha, que es por eso que le daban tanta importancia al
agua. No tiene nada que ver con eso. Él viene al desierto para darle agua a su
rebaño, y el pozo estaba allí cubierto, y el rodó la piedra, y le dio agua al
rebaño. Luego de darle agua al rebaño, rodó la piedra nuevamente y cubrió el
pozo, el pozo de Jacob.
Somos las ovejas de su pastura,
¿No es así? Entonces nos es dada el agua
por cualquiera que sabe cómo dar agua y alimentar a todas las ovejas hasta que
estén completamente satisfechas. Y luego la piedra es automáticamente rodada a
su lugar. Cuando viene uno detrás tuyo, y lee ese mismo capítulo, es igual que
un libro cerrado. Él toma al libro, se dirige al capítulo 28 de Génesis, lee la
historia de la piedra que hace rodar, y le da agua al rebaño, y se pregunta,
¿De qué se trata todo esto? Si alguien sabe cómo rodar la piedra, y cómo
realmente tomar aquella agua de significado psicológico, y se la da al mundo,
luego de haberlo hecho, automáticamente la piedra es rodada a su lugar. El que
viene detrás de él, que lee el mismo capítulo, no puede interpretarlo. Es
siempre un pozo sellado.
Pero esta noche, tú lo has
escuchado, y creo que tú lo vas a intentar. Permítanme ahora clarificar en tan
solo un momento, el agua sobre la cual Dios se movió - él dijo, “El Espíritu de
Dios se movió sobre las superficies de las aguas” - esa agua es tu mente. Si
esta noche está muy perturbada porque estás muy ansioso, entonces eso es como
un mar tormentoso, un mar turbulento. Pero espera un rato; se aquietará, el agua se tranquilizará.
Todavía seguirá corriendo, porque
está viva, pero lo suficientemente tranquila para reflejar el ser que tú
quieres ver. Y luego, la forma de verlo, es asumir que ya eres lo que te
gustaría ser. Habiéndolo asumido, observa, y ve al mundo reflejar aquel hombre
que tú eres, porque todos ellos lo ven. Habiéndolo visto reflejado en las caras
de tus amigos, suéltalo. Tan solo suéltalo. Y esa es la caída. Esa semilla que
vino de ti, tiene su tiempo señalado, y crecerá, y vendrá a este mundo.
Así que inténtalo. Y déjenme que
les diga, luego de que suceda - porque sí sucederá - comparte conmigo tus
buenas noticias, contándome cómo funcionó, para que así yo, por mi parte, pueda
contarlo desde esta plataforma, y así ser todos mutuamente alentados por
nuestra fe. Si funciona para ti - lo cual así será - entonces cuéntame a mí lo
que hiciste y cómo funcionó, y luego yo, por mi parte, lo contaré a todos los
que estén presentes. Ellos, en respuesta, serán alentados a ir y ser tan fieles
a sus visiones como lo fue Blake, a pesar de todas las cosas que él tuvo que
atravesar en el intervalo. Porque su vida, como la vida de todo gran hombre, es
realmente una alegoría. Cada persona en el mundo, su vida es realmente una
alegoría. La gente realmente no se da cuenta.
En la vida de Blake… una de las
cosas más sobresalientes… este gentil, y tierno hombre que no lastimaría a una
mosca, volviendo a su jardín un día, vio a un soldado borracho allí, y él le
levantó el cuerpo y lo llevó hacia la otra punta del camino. Luego el hombre
accionó en contra de él y lo acusó de insultar al rey, lo cual es una ofensa
temerosa en Inglaterra, y lo era mucho más en aquel entonces, en su época. Este
hombre inocente fue acusado porque un soldado borracho quería vengarse. Fue un
tremendo juicio en Inglaterra. Y luego ves a esta maravillosa historia: el
soldado es siempre un símbolo de autoridad, y un jardín es siempre la
creatividad, y he aquí su jardín. Él estaba vendiendo su alma en aquel
entonces, a un hombre que quería que él se convierta en un pintor de retratos,
y a él no le gustaba para nada hacer eso. Así que Blake estaba vendiendo su
alma, su creatividad, a este hombre que tenía dinero porque, al hacer este
trabajo su estatus financiero, bueno, podría ser un poco aliviado. Pero él
estaba vendiendo su poder creativo, así que aquí, en su jardín estaba el hombre
borracho de autoridad. Porque el que lo empleó a este, tenía la autoridad y el
poder.
Y luego el rompió con eso, y se
rehusó a hacer ningún retrato, y no quiso tener ni un modelo en el mundo. Él
nunca usaba un modelo. Él veía lo que quería pintar, tan claro como cualquier
modelo podría ser en este mundo. Cuando quería dibujar el alma de una pulga, él
vio el alma de una pulga, y era el hombre. Porque la pulga es un insecto que
succiona sangre, pero los hombres también succionan sangre. Aquellos que dan
empleo sin la apropiada compensación, ¿acaso no están tomando la sangre de
otros? No les importa lo que te suceda cuando te vas a tu casa. Si tienes una
familia de doce y no están bien alimentados, a ellos no les importa una vez que
sus ganancias son lo suficientemente grandes. Y si los ves espiritualmente, son
igual que las pulgas, porque una pulga es simplemente un insecto que succiona
sangre. Están tomando la sangre de aquellos que no son propiamente
recompensados; son succionadores de sangre.
Cuando Blake pintó a esta
maravillosa pulga, el alma de una pulga, el fantasma de una pulga, deberías ver
aquella cosa monstruosa, pero es humana. Todo es el hombre en el mundo. Y entonces la vida de cualquier grandioso
hombre, como Blake, es una alegoría. Cuando él puso de nuevo en forma a su
jardín, el soldado desapareció. Blake ganó el juicio eventualmente. Todos
sabían que el hombre se estaba perjurando. Blake no diría nada en contra de la
corona, y fue comprobado. Pero en el entretiempo, él atravesó el infierno para
probarlo. Pero ese fue un punto de inflexión en su vida, como la gran alegoría
de su vida. Pero aquí tenemos, su primer pensamiento en el mundo, “un árbol
lleno de ángeles”; y el último pensamiento
sobre Blake fue, “Ese día yo estaba al costado de la cama, no de un hombre
cuando murió, yo vi la muerte de un ángel bendecido.” Así que lo que él comenzó
como una visión, lo cumplió como hombre; él vio a un ángel de niño, y murió
como un ángel bendecido.
Así que esta noche tú ves algo
noble. Cuando hagas tu salida de este mundo, haz tu salida como eso. Pero tu
verdadero destino es Dios, porque somos uno con Dios. Él se convirtió en ti,
para que tú te conviertas en él.
Ahora, vayamos al silencio.
Nombre original en inglés: LIVING
WATER.