martes, 3 de abril de 2018

VIERNES SANTO - LA PASCUA


VIERNES SANTO – LA PASCUA


Neville Goddard, 1954

Editado por Jan McKee

Traducido por: Laura Arrojo



Ustedes conocen la historia del Viernes Santo. Un hombre está en un jardín. Es de noche. Y uno llamado Judas viene a buscarlo, aparentemente para traicionarlo. Él viene al jardín, y esta oscuro, así que hace una simple pregunta: ¿Dónde está Jesús?” Luego la voz en la oscuridad responde: “YO SOY ÉL”. Se nos dice en la historia que todos cayeron al suelo. Cuando se recompusieron ellos preguntaron la misma pregunta, “¿Dónde está Jesús?” Otra vez la voz respondió, “Yo les he dicho que YO SOY ÉL”. Esta vez Judas lo besa, y la voz le dice: “Ahora que me han encontrado, dejen ir a todo lo demás, pero no Me dejen ir a mí, y lo que tienes que hacer, hazlo rápido.” Luego Judas sale y se suicida.

Ahora, cuando lees la historia, tal vez pienses que ese drama sucedió en un jardín. No. Ese drama debe SUCEDER en la mente del hombre. Porque todo esto se trata de Re-nacer. Menciona a un hombre, a un hombre normal, a un hombre de los sentidos, pero dentro de ese hombre y atado de manos a pies está escondido el segundo hombre, el cual a través del re-nacimiento es liberado y elevado, y ese segundo hombre es Dios. Así que el misterio se trata todo del propio ser, y él usa la palabra “misterio” no menos que 18 veces. Él les pidió a los Corintios que lo estimen como a un administrador de los misterios. Luego él dijo, “Este es el gran misterio, que Dios fue manifestado en la carne”. Luego habló del más grande de los misterios, aquel que fue escondido desde la fundación del mundo: “Cristo en ti es la esperanza de la gloria”. Cristo EN el hombre. No Cristo en las páginas de la historia, sino Dios EN el hombre debe ser despertado, y esta es la técnica por la cual él es despertado.

Ahora acércate conmigo, y permíteme que te lleve al jardín de tu propia mente. Ahora mismo tan solo imagina que tú estás en una sala de enfermos, en algún maravilloso hospital.  Tú ves el historial del caso. Tú escuchas el veredicto del doctor, y el hombre, aparentemente, está muriendo. ¿Qué salvaría a ese hombre de dicho veredicto? ¿Qué lo salvaría? Un estado de salud con el cual él se levantaría de esa cama y se convertiría en una persona normal y sana en este mundo; eso lo salvaría. Ahora, mira en tu interior, en el ojo de tu mente y define cuidadosamente la solución de un problema en particular. Cuando tú definas la solución de ese problema, ¿Sabes que es lo que estás viendo en realidad? Tú estás viendo a Jesús, porque Jesús significa: “Salvar”. Así que el estado que salvaría a ese hombre de lo que es él, es el estado de salud. Ese es su salvador.

La historia es: “Ahora que me has encontrado, deja ir a todo lo demás, pero no me dejes ir a MI.” En otras palabras, deja ir a todo lo que alguna vez hayas creído, pero no dejes ir a este concepto: que el hombre está bien a pesar de la evidencia de tus sentidos que dicen lo contrario. No importa lo que la razón dicta, tú te sujetas a Jesús, siendo Jesús que el hombre esta saludable. Tú te aferras a eso, y tú lo tocas al hacerte intensamente consciente de eso; esa es la única manera de tocar una cosa. 

Déjenme que les cuente algo que ocurrió tan solo el viernes pasado. Tengo un amigo en esta ciudad que conocí recientemente y él me contó una historia muy triste. Tenía todas en su contra. Había pedido prestado dinero, y no podía devolverlo. Las cosas estaban yendo de mal en peor. Mientras me afeitaba – no necesitas ir a alguna iglesia para encontrarlo a ÉL – mientras me afeitaba, yo pensé en él, e instantáneamente, mientras estaba en el acto de afeitarme, me imaginé que estaba hablando con mi esposa, y le dije a ella: “¿No es maravilloso, las buenas noticias sobre George?” Luego le permití a ella, en mi imaginación, decirme: “¡Sí! ¿No es maravilloso?” Tres horas después, él me llamó para contarme que salió todo tan bien que no sabe realmente qué creer. Él dijo que en el presente inmediato, le ofrecieron dos maravillosos trabajos. Trabajos que él puede hacer, y los puede hacer muy bien. Ambos son muy buenos y él no sabe cuál tomar. Ahora tiene otro problema. Ahora yo asumiré que él eligió al correcto, al mejor, y sé que en el futuro inmediato, George me volverá a llamar y me dirá que, al reflexionar, no podría haber elegido más sabiamente.

Así que tú miras en tu propio ojo mental y sabes exactamente qué es lo que quieres en este mundo. Cuando sabes lo que quieres en lugar de lo que eres, entonces tú estás mirando a tu salvador, tu Jesús. La historia es, no lo dejes ir a ÉL, pero deja ir a todo lo demás. Desconéctate a ti mismo de la completa vasta creencia que anteriormente entretenías, y aférrate en tu imaginación, al concepto de que tú YA ERES el hombre que quieres ser. Eso te llevará al Calvario. El Calvario significa fijar en tu propio ojo mental aquel estado, y eso te llevará hacia la Pascua, o este maravilloso día del que hablamos como La Resurrección. Porque tú resucitarás y le darás vida al estado que comenzó tan solo como un concepto. Si permaneces fiel al concepto, serás llevado directo al cumplimiento de ese estado. Eso es llamado, en la biblia, re-nacimiento.

Ahora aquí tenemos a la historia. Él dijo: “A menos que vuelvan a nacer, no podrán entrar al reino de los cielos.” El hombre sabio dijo: “¿Cómo es posible que un hombre de mi edad pueda volver a entrar al vientre de mi madre y nacer de nuevo?” él dijo: “Tú, eres maestro de Israel, ¿y no lo sabes? A menos que nazcas de agua y de espíritu, no podrás entrar al reino de los cielos.” Luego el da esta pista: “Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del hombre” (Juan 3). Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto… ¿Acaso crees que un hombre levantó una serpiente salvaje como se cuenta en la historia, y que todos los que la miraron fueron instantáneamente sanados, y aquellos que no la miraron no fueron sanados? No es una serpiente. La serpiente es el símbolo del poder de la interminable auto-reproducción. Porque la serpiente se desprende de su piel, y aun así no muere. El hombre debe ser como la serpiente, que crece y sobre-crece. Así que ahora debo aprender el arte de morir para que Yo pueda vivir, en vez de decir: matar para que yo pueda sobrevivir. Yo muero al sacrificar todo lo que yo ahora creo, y al elevarme a mí mismo a la creencia de que Yo soy lo que quiero ser. Así es como lo hago.

Ahora, así es como un hombre nace de agua y de espíritu. Si ahora te digo que, una asunción, aunque falsa, si persisto en ella, se materializará en hechos, eso es una verdad, eso es agua (entendimiento psicológico). Pero el agua no es suficiente. Tú debes atrapar al espíritu de eso, y aplicar esa verdad. Bueno, si yo sé que si asumo que yo soy el hombre que quiero ser, y persisto en esa asunción, yo gradualmente me convertiré en eso. Si tengo ese conocimiento, es maravilloso. Pero si no lo HAGO, es tratar de darle nacimiento a este ser, solamente por agua. Se nos dijo que este es aquel que vino por medio de agua y sangre. No solo por agua, sino por agua y sangre. En otras palabras, yo tengo el conocimiento, pero no puedo darle nacimiento a mi ideal por el mero conocimiento. Yo debo ponerlo en acción, yo debo HACERLO. Luego, cuando lo HAGO, tomo a mi salvador y lo cristalizo por el HACER. Esta es la historia de nuestra maravillosa pascua.

Hoy, nuestras iglesias están rebalsando de nueva elegancia, pero no están rebalsando con nuevos hombres, y se nos dice en la historia: “Pónganse al Señor Jesucristo. Pónganse al Nuevo Hombre.” Bueno, ¿Cómo me pongo a un nuevo hombre? Es como decirle a un chico que se ponga la hombría, o como decirle al árbol que se ponga nuevas hojas. Viene de adentro hacia afuera, pero el hombre se lo quiere poner desde afuera. No puedes ponértelo desde afuera, porque Él está dentro de ti. Porque grande es el misterio. Aquel que fue escondido desde la fundación de la tierra, Cristo en TI es la esperanza de la gloria. No algún Cristo externo a ti mismo, sino aquel en ti, esa es tu esperanza; esa es tu gloria.
*Calvario es una traducción de la palabra griega “cranium” que significa  cráneo en español. Cristo, tu conciencia divina, fue crucificada en el cuerpo de carne al morir a su divinidad, enterrado en el calvario, tu cráneo.
Así que el gran misterio es que en Belén, Dios se convirtió en nosotros para que en el Calvario, nosotros podamos convertirnos en ÉL.  Y el Calvario es la oportunidad que viene cada día en la vida de un hombre. Cuando caminas sobre la tierra y ves a cualquier persona en necesidad, pregúntate a ti mismo cuál sería la solución a ese problema individual, tan solo ¿Cuál sería? Tú puedes concederlo. Si tú sabes quién eres realmente, puedes concederlo, al igual que yo se lo concedí a George. Yo no moví ni un dedo para obtener un trabajo para George. No lo envié a algún trabajo; no le di nada. Yo simplemente me dirigí, en mi propio ojo mental hacia mi esposa, quien no estaba presente allí físicamente, y simplemente declaré: “¿No es maravilloso, las buenas noticias sobre George?”; y permití que ella me diga, en mi imaginación: “¡Sí! ¿No es maravilloso?”, y luego continué con mi proyecto de una simple afeitada.  Eso es simplemente levantar la serpiente en el desierto. Porque yo me elevé a mí mismo del conocimiento de que George estaba desempleado y luchando, hacia el conocimiento de que él tiene un empleo. No hice nada más. Me desprendí de la piel, como una serpiente. Solté todo lo que anteriormente creía respecto a George, y comencé a VIVIR en un nivel más alto respecto a George, y lo viví de manera tal y lo hice tan real que en tres horas, él me llamó y me dio estas noticias excitantes.

Tú puedes hacer lo mismo con cualquier cosa en este mundo. Cuando lo haces diariamente, tú mueres diariamente como dijo el profeta: “Yo muero diariamente”. El hombre espera a un pequeño evento llamado la muerte, y él piensa que eso es morir. Eso no es realmente morir por la simple razón que ese tipo de muerte no trae una transformación. Porque no existe transformación en una muerte física, pero hay una transformación en morir mentalmente y morir diariamente. Entonces, si has aprendido el arte de morir, has aprendido el arte de vivir. Porque el hombre es inmortal, y él  debe morir eternamente. Porque la vida fue una idea creativa, y se encontrará a si misma solamente al cambiar de forma. Si yo no cambio y crezco, y luego crezco más allá de lo que había crecido, y crezco, y luego crezco aún más allá de lo que había crecido, entonces no sé nada del misterio de la Pascua, porque La Pascua es realmente el más grandioso de los misterios. Es cuando el hombre despierta desde adentro de sí mismo desde su nacimiento en Belén, y él despierta como Dios. Esa es la historia de la Pascua.

Así que, no perpetuemos esta cosa por nuestra elegancia, lo cual es hermoso. No hay nada malo con comprarse ropa nueva y nuevos sombreros y todas las cosas hermosas en el mundo, pero hoy en día se ha convertido casi en un desfile de lo que es nuevo (en el mundo físico), en vez de convertirnos en el hombre nuevo. Así que, cuando me pongo al nuevo hombre, me lo pongo diariamente al ejercitarlo de esta manera. Al hacerme intensamente consciente. Tú puedes, en este mismísimo momento, extender tus perceptores y confiar en tu tacto, y participar en todos los vuelos de tu imaginación, y no tengas miedo a tus sensibilidades. Cuando yo me hago intensamente consciente de que estoy escuchando lo que quiero escuchar, y estoy realmente tocando lo que quiero tocar, virtud sale de mí, y la cosa que toqué toma la bendición que fue determinada por el hombre que me poseyó mientras me imaginaba que lo tocaba. Si yo ahora toco cualquier cosa, debe cristalizarse en mi mundo, dando testimonio del humor que me poseyó en el momento que lo toqué.

Entonces, a menos que nazcamos de este conocimiento y aplicación de este conocimiento, no podemos entrar en este eterno estado llamado el Reino de los Cielos. Así que ahora, tienes un poco de conocimiento, sal de aquí y aplícalo. Cuando lo apliques, esto es lo que sucederá, y esto es un hecho místico. Se dijo de este llamado Judá: “¿Quién es este que viene con sus vestimentas  teñidas en sangre de vino? ¿Quién toma a sus vestiduras y las baña en la sangre de uvas, y toma a su burrito y lo ata a una vid elegida, y sus ojos rocos por el vino, y sus dientes blancos por la leche?” (Génesis 49). Se te dijo en el último acto de todos: “Ellos pusieron una túnica del color del vino sobre Jesús”. Se te dijo que Judá tomó a su túnica y la bañó en sangre de uvas.

Ahora, cuando yo tomé lo que hice para George, yo en realidad estaba tejiendo mi túnica color vino. Yo debo tejer a esa túnica si quiero despertar. Se llama, en la biblia, las ropas de boda. Se lo llama la túnica de color vino. Se lo llama ametista en el Nuevo Testamento, y ametista en el Viejo Testamento. No es una ametista. No es una túnica que yo tejo en el exterior, pero cuando vivo una vida de acuerdo a estas verdades, estoy realmente tejiendo un aura de color vino alrededor de mi ser, la cual luego me permitirá funcionar conscientemente en niveles más altos de mi propio ser. Sin dicha túnica, no puedo funcionar más allá de mi estado físico presente. Pero cuando vivo esta vida de acuerdo a estas verdades, tú no puedes verlo con el ojo físico, pero yo tejo mi túnica y aquellos que tienen al ojo (interior) abierto, me verán como uno igual a ellos, y no voy a andar cargando alguna insignia para decirles quien soy yo. Yo irradio aquel  que Yo Soy, y ellos verán mi vestidura.

Así que cuando se nos dice: “Judá viene y toma a esta maravillosa túnica y la baña en sangre de uvas”, no es un hombre que se quita una túnica, porque la vestidura, en la biblia, es aquello que el hombre lleva puesto mentalmente. Así que si tomo a mi mente y lo aplico, realmente todo el día, pero no lo limito solamente a una cosita simple pequeña como lo hice para George, sino que en el transcurso del día tengo innumerables oportunidades de tejer esta maravillosa túnica al simplemente escuchar las buenas noticias para otros. Si escucho solo buenas noticias para otros, y confió en lo que escucho como si lo hubiese escuchado realmente, estoy realmente tomando mi túnica y bañándola en sangre de uvas.

¿Tú te preguntas porque él se llamó a sí mismo la vid? ÉL dijo: “YO SOY la vid, y ustedes son mis ramas. A menos que la rama esté arraigada a la vid, no tiene vida”. Bueno, cada hombre en el mundo es una rama, arraigada en mí, la vid, y él termina en mí como yo estoy arraigado en  Dios y termino en Dios. Ahora, eso puede decirse de cada hombre en el mundo. Mientras me miras a mí y puedes oírme, tú también puedes decirlo aunque yo acabo de hacer la declaración: “tú estás arraigado en mí”, tú puedes declarar que yo estoy arraigado en ti, y que yo termino en ti como tú estás arraigado en Dios, y terminas en Dios. Si lo sabes, entonces es tu deber elevar a cada hombre en este mundo. Nadie debe ser descartado. Todos deben ser redimidos, y tu vida es el proceso por el cual la redención es traída a la existencia. No descartes a ningún hombre. Cada hombre puede ser cambiado. Y tú tienes el poder de cambiarlo al tomar a ese hombre y verlo como aparentemente es, y luego preguntarte cómo sería él en vez de lo que el aparenta ser. Cuando sabes lo que a él le gustaría ser, entonces imaginas que él ya es ese ser. Dirígete a un ser querido (en tu imaginación) y comulga con el ser querido respecto a este hombre, tal como si ya fuera un hecho. Cuando lo hagas, confía en eso, tócalo y créelo, y yo te diré que ese hombre se convertirá en la encarnación de lo que imaginaste que él era.

En estas Pascuas, y la Pascua no viene una vez por año, la Pascua es una oportunidad diaria, la de simplemente morir para que tú puedas vivir. Porque aquí se dijo, “Si cualquier hombre viene a mí, dejen que se niegue a sí mismo y tome a su cruz diariamente y me siga”. Cualquier hombre. Bueno, ¿Cómo tomaría a mi cruz y seguiría a esta idea? Primero, se me dice que debo negarme a mí mismo. Usualmente el hombre piensa que eso significa abandonar algo que él ama, abandonar los placeres de la mesa, o abandonar algo que a él le gusta especialmente. No tiene nada que ver con abandonar cosas externas. Es esto: Un hombre debe negarse a sí mismo, y el verdadero ser de un hombre está hecho de la suma total de todo lo que él cree, de todo lo que él acepta como verdadero, de todo a lo que él le da consentimiento. Así que, si yo consiento a un hombre que está muriendo, entonces debo negar ese concepto, ese ser, y poner en su lugar la encarnación de un ser saludable. Cuando hago eso, puedo seguir a esta idea. Puedes tomar a este principio y aplicarlo a todo en este mundo. Si no es una cosa tangible sobre la tierra lo que quieres, toma algún noble concepto de un hombre, toma a un hombre que te encantaría ver en este mundo. Sueña a ese hombre realmente caminando sobre esta tierra, e identifícate a ti mismo con ese hombre. Asóciate a ti mismo con eso en tu propia imaginación, como si tú fueras él. Cuando realmente sientas “Yo soy él”, y continúes en ese estado, las cosas comenzarán a desarrollarse para dar testimonio de la verdad de tu asunción. Inténtalo.

Así que recuerden, la Pascua es el arte de morir para que puedas vivir, y esto me recuerda a ese maravilloso poema sobre la muerte de Abdullah y lo que él dijo al final de todo. Él apareció entre medio de los mortales y ellos estaban llorando y besando a su ya desgastado cuerpo, y él se dirigió a ellos y les dijo: “Yo no soy la cosa que ustedes besan, dejen de llorar, y déjenlo yacer. Era mío, pero no era YO.”
Ahora vayamos al silencio.
Adiós.

Titulo original en inglés: GOOD FRIDAY - EASTER

YY
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