martes, 3 de abril de 2018

VIERNES SANTO - LA PASCUA


VIERNES SANTO – LA PASCUA


Neville Goddard, 1954

Editado por Jan McKee

Traducido por: Laura Arrojo



Ustedes conocen la historia del Viernes Santo. Un hombre está en un jardín. Es de noche. Y uno llamado Judas viene a buscarlo, aparentemente para traicionarlo. Él viene al jardín, y esta oscuro, así que hace una simple pregunta: ¿Dónde está Jesús?” Luego la voz en la oscuridad responde: “YO SOY ÉL”. Se nos dice en la historia que todos cayeron al suelo. Cuando se recompusieron ellos preguntaron la misma pregunta, “¿Dónde está Jesús?” Otra vez la voz respondió, “Yo les he dicho que YO SOY ÉL”. Esta vez Judas lo besa, y la voz le dice: “Ahora que me han encontrado, dejen ir a todo lo demás, pero no Me dejen ir a mí, y lo que tienes que hacer, hazlo rápido.” Luego Judas sale y se suicida.

Ahora, cuando lees la historia, tal vez pienses que ese drama sucedió en un jardín. No. Ese drama debe SUCEDER en la mente del hombre. Porque todo esto se trata de Re-nacer. Menciona a un hombre, a un hombre normal, a un hombre de los sentidos, pero dentro de ese hombre y atado de manos a pies está escondido el segundo hombre, el cual a través del re-nacimiento es liberado y elevado, y ese segundo hombre es Dios. Así que el misterio se trata todo del propio ser, y él usa la palabra “misterio” no menos que 18 veces. Él les pidió a los Corintios que lo estimen como a un administrador de los misterios. Luego él dijo, “Este es el gran misterio, que Dios fue manifestado en la carne”. Luego habló del más grande de los misterios, aquel que fue escondido desde la fundación del mundo: “Cristo en ti es la esperanza de la gloria”. Cristo EN el hombre. No Cristo en las páginas de la historia, sino Dios EN el hombre debe ser despertado, y esta es la técnica por la cual él es despertado.

Ahora acércate conmigo, y permíteme que te lleve al jardín de tu propia mente. Ahora mismo tan solo imagina que tú estás en una sala de enfermos, en algún maravilloso hospital.  Tú ves el historial del caso. Tú escuchas el veredicto del doctor, y el hombre, aparentemente, está muriendo. ¿Qué salvaría a ese hombre de dicho veredicto? ¿Qué lo salvaría? Un estado de salud con el cual él se levantaría de esa cama y se convertiría en una persona normal y sana en este mundo; eso lo salvaría. Ahora, mira en tu interior, en el ojo de tu mente y define cuidadosamente la solución de un problema en particular. Cuando tú definas la solución de ese problema, ¿Sabes que es lo que estás viendo en realidad? Tú estás viendo a Jesús, porque Jesús significa: “Salvar”. Así que el estado que salvaría a ese hombre de lo que es él, es el estado de salud. Ese es su salvador.

La historia es: “Ahora que me has encontrado, deja ir a todo lo demás, pero no me dejes ir a MI.” En otras palabras, deja ir a todo lo que alguna vez hayas creído, pero no dejes ir a este concepto: que el hombre está bien a pesar de la evidencia de tus sentidos que dicen lo contrario. No importa lo que la razón dicta, tú te sujetas a Jesús, siendo Jesús que el hombre esta saludable. Tú te aferras a eso, y tú lo tocas al hacerte intensamente consciente de eso; esa es la única manera de tocar una cosa. 

Déjenme que les cuente algo que ocurrió tan solo el viernes pasado. Tengo un amigo en esta ciudad que conocí recientemente y él me contó una historia muy triste. Tenía todas en su contra. Había pedido prestado dinero, y no podía devolverlo. Las cosas estaban yendo de mal en peor. Mientras me afeitaba – no necesitas ir a alguna iglesia para encontrarlo a ÉL – mientras me afeitaba, yo pensé en él, e instantáneamente, mientras estaba en el acto de afeitarme, me imaginé que estaba hablando con mi esposa, y le dije a ella: “¿No es maravilloso, las buenas noticias sobre George?” Luego le permití a ella, en mi imaginación, decirme: “¡Sí! ¿No es maravilloso?” Tres horas después, él me llamó para contarme que salió todo tan bien que no sabe realmente qué creer. Él dijo que en el presente inmediato, le ofrecieron dos maravillosos trabajos. Trabajos que él puede hacer, y los puede hacer muy bien. Ambos son muy buenos y él no sabe cuál tomar. Ahora tiene otro problema. Ahora yo asumiré que él eligió al correcto, al mejor, y sé que en el futuro inmediato, George me volverá a llamar y me dirá que, al reflexionar, no podría haber elegido más sabiamente.

Así que tú miras en tu propio ojo mental y sabes exactamente qué es lo que quieres en este mundo. Cuando sabes lo que quieres en lugar de lo que eres, entonces tú estás mirando a tu salvador, tu Jesús. La historia es, no lo dejes ir a ÉL, pero deja ir a todo lo demás. Desconéctate a ti mismo de la completa vasta creencia que anteriormente entretenías, y aférrate en tu imaginación, al concepto de que tú YA ERES el hombre que quieres ser. Eso te llevará al Calvario. El Calvario significa fijar en tu propio ojo mental aquel estado, y eso te llevará hacia la Pascua, o este maravilloso día del que hablamos como La Resurrección. Porque tú resucitarás y le darás vida al estado que comenzó tan solo como un concepto. Si permaneces fiel al concepto, serás llevado directo al cumplimiento de ese estado. Eso es llamado, en la biblia, re-nacimiento.

Ahora aquí tenemos a la historia. Él dijo: “A menos que vuelvan a nacer, no podrán entrar al reino de los cielos.” El hombre sabio dijo: “¿Cómo es posible que un hombre de mi edad pueda volver a entrar al vientre de mi madre y nacer de nuevo?” él dijo: “Tú, eres maestro de Israel, ¿y no lo sabes? A menos que nazcas de agua y de espíritu, no podrás entrar al reino de los cielos.” Luego el da esta pista: “Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del hombre” (Juan 3). Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto… ¿Acaso crees que un hombre levantó una serpiente salvaje como se cuenta en la historia, y que todos los que la miraron fueron instantáneamente sanados, y aquellos que no la miraron no fueron sanados? No es una serpiente. La serpiente es el símbolo del poder de la interminable auto-reproducción. Porque la serpiente se desprende de su piel, y aun así no muere. El hombre debe ser como la serpiente, que crece y sobre-crece. Así que ahora debo aprender el arte de morir para que Yo pueda vivir, en vez de decir: matar para que yo pueda sobrevivir. Yo muero al sacrificar todo lo que yo ahora creo, y al elevarme a mí mismo a la creencia de que Yo soy lo que quiero ser. Así es como lo hago.

Ahora, así es como un hombre nace de agua y de espíritu. Si ahora te digo que, una asunción, aunque falsa, si persisto en ella, se materializará en hechos, eso es una verdad, eso es agua (entendimiento psicológico). Pero el agua no es suficiente. Tú debes atrapar al espíritu de eso, y aplicar esa verdad. Bueno, si yo sé que si asumo que yo soy el hombre que quiero ser, y persisto en esa asunción, yo gradualmente me convertiré en eso. Si tengo ese conocimiento, es maravilloso. Pero si no lo HAGO, es tratar de darle nacimiento a este ser, solamente por agua. Se nos dijo que este es aquel que vino por medio de agua y sangre. No solo por agua, sino por agua y sangre. En otras palabras, yo tengo el conocimiento, pero no puedo darle nacimiento a mi ideal por el mero conocimiento. Yo debo ponerlo en acción, yo debo HACERLO. Luego, cuando lo HAGO, tomo a mi salvador y lo cristalizo por el HACER. Esta es la historia de nuestra maravillosa pascua.

Hoy, nuestras iglesias están rebalsando de nueva elegancia, pero no están rebalsando con nuevos hombres, y se nos dice en la historia: “Pónganse al Señor Jesucristo. Pónganse al Nuevo Hombre.” Bueno, ¿Cómo me pongo a un nuevo hombre? Es como decirle a un chico que se ponga la hombría, o como decirle al árbol que se ponga nuevas hojas. Viene de adentro hacia afuera, pero el hombre se lo quiere poner desde afuera. No puedes ponértelo desde afuera, porque Él está dentro de ti. Porque grande es el misterio. Aquel que fue escondido desde la fundación de la tierra, Cristo en TI es la esperanza de la gloria. No algún Cristo externo a ti mismo, sino aquel en ti, esa es tu esperanza; esa es tu gloria.
*Calvario es una traducción de la palabra griega “cranium” que significa  cráneo en español. Cristo, tu conciencia divina, fue crucificada en el cuerpo de carne al morir a su divinidad, enterrado en el calvario, tu cráneo.
Así que el gran misterio es que en Belén, Dios se convirtió en nosotros para que en el Calvario, nosotros podamos convertirnos en ÉL.  Y el Calvario es la oportunidad que viene cada día en la vida de un hombre. Cuando caminas sobre la tierra y ves a cualquier persona en necesidad, pregúntate a ti mismo cuál sería la solución a ese problema individual, tan solo ¿Cuál sería? Tú puedes concederlo. Si tú sabes quién eres realmente, puedes concederlo, al igual que yo se lo concedí a George. Yo no moví ni un dedo para obtener un trabajo para George. No lo envié a algún trabajo; no le di nada. Yo simplemente me dirigí, en mi propio ojo mental hacia mi esposa, quien no estaba presente allí físicamente, y simplemente declaré: “¿No es maravilloso, las buenas noticias sobre George?”; y permití que ella me diga, en mi imaginación: “¡Sí! ¿No es maravilloso?”, y luego continué con mi proyecto de una simple afeitada.  Eso es simplemente levantar la serpiente en el desierto. Porque yo me elevé a mí mismo del conocimiento de que George estaba desempleado y luchando, hacia el conocimiento de que él tiene un empleo. No hice nada más. Me desprendí de la piel, como una serpiente. Solté todo lo que anteriormente creía respecto a George, y comencé a VIVIR en un nivel más alto respecto a George, y lo viví de manera tal y lo hice tan real que en tres horas, él me llamó y me dio estas noticias excitantes.

Tú puedes hacer lo mismo con cualquier cosa en este mundo. Cuando lo haces diariamente, tú mueres diariamente como dijo el profeta: “Yo muero diariamente”. El hombre espera a un pequeño evento llamado la muerte, y él piensa que eso es morir. Eso no es realmente morir por la simple razón que ese tipo de muerte no trae una transformación. Porque no existe transformación en una muerte física, pero hay una transformación en morir mentalmente y morir diariamente. Entonces, si has aprendido el arte de morir, has aprendido el arte de vivir. Porque el hombre es inmortal, y él  debe morir eternamente. Porque la vida fue una idea creativa, y se encontrará a si misma solamente al cambiar de forma. Si yo no cambio y crezco, y luego crezco más allá de lo que había crecido, y crezco, y luego crezco aún más allá de lo que había crecido, entonces no sé nada del misterio de la Pascua, porque La Pascua es realmente el más grandioso de los misterios. Es cuando el hombre despierta desde adentro de sí mismo desde su nacimiento en Belén, y él despierta como Dios. Esa es la historia de la Pascua.

Así que, no perpetuemos esta cosa por nuestra elegancia, lo cual es hermoso. No hay nada malo con comprarse ropa nueva y nuevos sombreros y todas las cosas hermosas en el mundo, pero hoy en día se ha convertido casi en un desfile de lo que es nuevo (en el mundo físico), en vez de convertirnos en el hombre nuevo. Así que, cuando me pongo al nuevo hombre, me lo pongo diariamente al ejercitarlo de esta manera. Al hacerme intensamente consciente. Tú puedes, en este mismísimo momento, extender tus perceptores y confiar en tu tacto, y participar en todos los vuelos de tu imaginación, y no tengas miedo a tus sensibilidades. Cuando yo me hago intensamente consciente de que estoy escuchando lo que quiero escuchar, y estoy realmente tocando lo que quiero tocar, virtud sale de mí, y la cosa que toqué toma la bendición que fue determinada por el hombre que me poseyó mientras me imaginaba que lo tocaba. Si yo ahora toco cualquier cosa, debe cristalizarse en mi mundo, dando testimonio del humor que me poseyó en el momento que lo toqué.

Entonces, a menos que nazcamos de este conocimiento y aplicación de este conocimiento, no podemos entrar en este eterno estado llamado el Reino de los Cielos. Así que ahora, tienes un poco de conocimiento, sal de aquí y aplícalo. Cuando lo apliques, esto es lo que sucederá, y esto es un hecho místico. Se dijo de este llamado Judá: “¿Quién es este que viene con sus vestimentas  teñidas en sangre de vino? ¿Quién toma a sus vestiduras y las baña en la sangre de uvas, y toma a su burrito y lo ata a una vid elegida, y sus ojos rocos por el vino, y sus dientes blancos por la leche?” (Génesis 49). Se te dijo en el último acto de todos: “Ellos pusieron una túnica del color del vino sobre Jesús”. Se te dijo que Judá tomó a su túnica y la bañó en sangre de uvas.

Ahora, cuando yo tomé lo que hice para George, yo en realidad estaba tejiendo mi túnica color vino. Yo debo tejer a esa túnica si quiero despertar. Se llama, en la biblia, las ropas de boda. Se lo llama la túnica de color vino. Se lo llama ametista en el Nuevo Testamento, y ametista en el Viejo Testamento. No es una ametista. No es una túnica que yo tejo en el exterior, pero cuando vivo una vida de acuerdo a estas verdades, estoy realmente tejiendo un aura de color vino alrededor de mi ser, la cual luego me permitirá funcionar conscientemente en niveles más altos de mi propio ser. Sin dicha túnica, no puedo funcionar más allá de mi estado físico presente. Pero cuando vivo esta vida de acuerdo a estas verdades, tú no puedes verlo con el ojo físico, pero yo tejo mi túnica y aquellos que tienen al ojo (interior) abierto, me verán como uno igual a ellos, y no voy a andar cargando alguna insignia para decirles quien soy yo. Yo irradio aquel  que Yo Soy, y ellos verán mi vestidura.

Así que cuando se nos dice: “Judá viene y toma a esta maravillosa túnica y la baña en sangre de uvas”, no es un hombre que se quita una túnica, porque la vestidura, en la biblia, es aquello que el hombre lleva puesto mentalmente. Así que si tomo a mi mente y lo aplico, realmente todo el día, pero no lo limito solamente a una cosita simple pequeña como lo hice para George, sino que en el transcurso del día tengo innumerables oportunidades de tejer esta maravillosa túnica al simplemente escuchar las buenas noticias para otros. Si escucho solo buenas noticias para otros, y confió en lo que escucho como si lo hubiese escuchado realmente, estoy realmente tomando mi túnica y bañándola en sangre de uvas.

¿Tú te preguntas porque él se llamó a sí mismo la vid? ÉL dijo: “YO SOY la vid, y ustedes son mis ramas. A menos que la rama esté arraigada a la vid, no tiene vida”. Bueno, cada hombre en el mundo es una rama, arraigada en mí, la vid, y él termina en mí como yo estoy arraigado en  Dios y termino en Dios. Ahora, eso puede decirse de cada hombre en el mundo. Mientras me miras a mí y puedes oírme, tú también puedes decirlo aunque yo acabo de hacer la declaración: “tú estás arraigado en mí”, tú puedes declarar que yo estoy arraigado en ti, y que yo termino en ti como tú estás arraigado en Dios, y terminas en Dios. Si lo sabes, entonces es tu deber elevar a cada hombre en este mundo. Nadie debe ser descartado. Todos deben ser redimidos, y tu vida es el proceso por el cual la redención es traída a la existencia. No descartes a ningún hombre. Cada hombre puede ser cambiado. Y tú tienes el poder de cambiarlo al tomar a ese hombre y verlo como aparentemente es, y luego preguntarte cómo sería él en vez de lo que el aparenta ser. Cuando sabes lo que a él le gustaría ser, entonces imaginas que él ya es ese ser. Dirígete a un ser querido (en tu imaginación) y comulga con el ser querido respecto a este hombre, tal como si ya fuera un hecho. Cuando lo hagas, confía en eso, tócalo y créelo, y yo te diré que ese hombre se convertirá en la encarnación de lo que imaginaste que él era.

En estas Pascuas, y la Pascua no viene una vez por año, la Pascua es una oportunidad diaria, la de simplemente morir para que tú puedas vivir. Porque aquí se dijo, “Si cualquier hombre viene a mí, dejen que se niegue a sí mismo y tome a su cruz diariamente y me siga”. Cualquier hombre. Bueno, ¿Cómo tomaría a mi cruz y seguiría a esta idea? Primero, se me dice que debo negarme a mí mismo. Usualmente el hombre piensa que eso significa abandonar algo que él ama, abandonar los placeres de la mesa, o abandonar algo que a él le gusta especialmente. No tiene nada que ver con abandonar cosas externas. Es esto: Un hombre debe negarse a sí mismo, y el verdadero ser de un hombre está hecho de la suma total de todo lo que él cree, de todo lo que él acepta como verdadero, de todo a lo que él le da consentimiento. Así que, si yo consiento a un hombre que está muriendo, entonces debo negar ese concepto, ese ser, y poner en su lugar la encarnación de un ser saludable. Cuando hago eso, puedo seguir a esta idea. Puedes tomar a este principio y aplicarlo a todo en este mundo. Si no es una cosa tangible sobre la tierra lo que quieres, toma algún noble concepto de un hombre, toma a un hombre que te encantaría ver en este mundo. Sueña a ese hombre realmente caminando sobre esta tierra, e identifícate a ti mismo con ese hombre. Asóciate a ti mismo con eso en tu propia imaginación, como si tú fueras él. Cuando realmente sientas “Yo soy él”, y continúes en ese estado, las cosas comenzarán a desarrollarse para dar testimonio de la verdad de tu asunción. Inténtalo.

Así que recuerden, la Pascua es el arte de morir para que puedas vivir, y esto me recuerda a ese maravilloso poema sobre la muerte de Abdullah y lo que él dijo al final de todo. Él apareció entre medio de los mortales y ellos estaban llorando y besando a su ya desgastado cuerpo, y él se dirigió a ellos y les dijo: “Yo no soy la cosa que ustedes besan, dejen de llorar, y déjenlo yacer. Era mío, pero no era YO.”
Ahora vayamos al silencio.
Adiós.

Titulo original en inglés: GOOD FRIDAY - EASTER

YY
Para Sesiones Personales, escribe a: nevillizando@gmail.com



miércoles, 21 de marzo de 2018

LA ROCA



LA ROCA

NEVILLE GODDARD
19 de Febrero de 1969

Traducido por: Laura Arrojo


En el capítulo 32 del libro de Deuteronomio, se nos dijo: “La roca, su trabajo es perfecto.” Luego se hace esta pregunta: “¿Acaso él no es tu Padre el que te ha creado? Separando a los hijos de los hombres, él fijó los límites de los pueblos de acuerdo al número de los Hijos de Dios.” (Versículo 8). Hoy en día se habla mucho sobre reducir la  explosión de población. Esto nunca podremos hacerlo, porque los límites ya han sido grabados.

Ni un niño podría nacer si no fuera por el hijo de Dios que le da vida. Porque son los hijos de Dios los que se convierten en la Roca perfecta. En el libro de los Salmos, dice: “veré tu rostro en justicia; Y estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” (Salmos 17: 15). Aunque es difícil creer que la Roca podría ser Dios, es verdad, porque la Roca es el único fundamento, y no hay  ningún otro fundamento que alguien pueda poner que aquel que fue puesto, el cual es Cristo.

Cuando la verdad de las escrituras es experimentada, es literalmente cierta. La roca se convierte en una persona primero, cuyo trabajo es perfecto. Y se nos insta: “Sean perfectos, como nuestro Padre en los Cielos es perfecto.” (Mateo 5: 48).

Cuando se hace la pregunta: “¿Acaso él no es tu Padre quien te ha creado?”, se hace esta declaración: “Él fijó los límites de los pueblos de acuerdo al número de los Hijos de Dios.” La palabra “Dios” en esta frase, traducida significa una unidad compuesta, hecha de otros. Esa unidad conoce el nombre de cada hijo. Quizás no me creas, pero somos todos hijos de Dios, todos destinados a convertirnos en Dios mismo. Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, ¡porque le veremos tal como él es! (1era. de Juan 3: 2).

No importa que tan buenmozo o hermoso seas, cuando te ves en el espejo no eres perfecto en tus propios ojos. Pero se te prometió: “Serás perfecto, como tu Padre en los Cielos es perfecto”, y Cristo es llamado el Padre, ¡la Roca!

Ahora compartiré con ustedes mi experiencia personal de las escrituras. En 1934, mientras estaba sentado en silencio, sin pensar en nada en particular, cerré mis ojos y observe a una luz dorada y pulsante que salía de mi cabeza. De repente, una roca sólida como el cuarzo apareció ante mis ojos. Mientras la miraba, se fragmentó en innumerables pequeños pedazos, y luego rápidamente se re-ensambló a sí misma en la forma humana sentada en la postura de loto. Ya no era una piedra, ¡sino que ahora era un ser viviente que respiraba!

Mientras la miraba, me di cuenta que me estaba viendo a mí mismo ¡pero era perfecto! La belleza, la dignidad, y la fuerza de carácter que vi en ese rostro era indescriptible. Era el rostro que veo en el espejo todas las mañanas mientras me afeito, aun así había sido elevado a la enésima potencia de perfección. Luego comenzó a brillar, y al alcanzar la enésima potencia de luminosidad, explotó, y luego abrí mis ojos para encontrarme a mí mismo de nuevo en mi habitación en la Ciudad de Nueva York.

Yo vi a Cristo, el Poder y la Sabiduría de Dios, como la roca – el límite de contracción y opacidad. Y ahora sé la verdad: que ustedes son Dioses, hijos del Altísimo (Salmo 82: 6). Ustedes han dejado la gloria de nuestro Padre, y se han vestido a ustedes mismos en carne mortal. Su Ser perfecto está alojado en ti, y él te está moldeando a ti en su semejanza. Y cuando seas perfecto, como tu Padre celestial es perfecto, ya no serán más dos, ¡sino que serán uno!

En el intervalo tú eres su emanación, mientras eres su esposa, hasta que el sueño de la muerte ya haya pasado. Y cuando despiertes, como el salmista, estarás satisfecho cuando contemples su forma. No solo tendrás su semejanza, sino que también sabrás por experiencia que tú eres el que comenzó la buena obra en ti mismo. Porque cuando la obra de Dios en ti se complete, Dios se despertará. Ese es el día de Jesucristo, porque cuando Dios despierte, tú despiertas para descubrir que tú eres uno con Dios.

Aunque estamos limitados en el número de los Hijos de Dios, nadie sabe cuál ese número. Hoy en día están intentando detener la explosión de la población mundial, clamando que no podemos alimentar a todos. Pero yo recuerdo escuchar hablar a George Washington Carver en los años treinta. Parado frente a una gran audiencia en Nueva York, él dijo: “Un día le pregunté a Dios por qué creó al maní (cacahuate), y él me dijo: ‘Te di un cerebro. Ve a tu interior y yo te revelaré la respuesta”.

Luego, el Señor Carver descubrió que el maní contenía todo, y él extrajo trescientos productos derivados del maní, llamándolo su ‘Reino Sintético’. Él dijo: “Los Estados del Sur de Estados Unidos (aquellos que están al sur de línea Mason-Dixon) pueden producir suficientes maníes como para alimentar y vestir al mundo entero.” Por lo tanto, como verán, el problema es económico, porque no sabemos cómo distribuir aquello que somos capaces de producir.

Hoy en día se pagan billones de dólares para que la gente no  plante y produzca aquello que podría. Si un hombre produce más de lo que el gobierno quiere que produzca, él debe gastar billones de dólares en almacenamiento, porque no hemos aprendido a cambiar nuestro sistema económico para encargarse de lo que el hombre es capaz de producir.

El comunismo no es la respuesta, tampoco el socialismo o la democracia, si vamos al caso; pero la solución no está en reducir el nacimiento de niños. Primero que todo, no puede lograrse, porque Dios ha fijado un límite de las personas en la tierra de acuerdo al número de los hijos de Dios. Somos más que las estrellas de los cielos, más que las arenas del mar, ¡Y cada hijo es conocido por su nombre!

Se necesita a todos los hijos para formar al Señor, porque la palabra “Elohim” es una unidad compuesta, es uno hecho de muchos otros. La única Roca está hecha de todos los fragmentos. La Roca se rompió en muchos pedazos, destinada a juntarse a sí misma y unirse en una forma humana perfecta. Habiendo declarado: “Hagamos al hombre en nuestra imagen” (Génesis 1: 26), la Roca se enterró a sí misma dentro de ti, para formarte en la perfección que es Él. Y se nos dijo en el Salmo 44: 23: “Despiértate; ¿por qué duermes, Señor? ¡Despierta!”

El Hijo de Dios está dentro de todos, es conocido en la eternidad y es conocido por su nombre. Como Hijo de Dios tú debes despertar, pero no puedes hacerlo hasta que Dios no te haya hecho perfecto como ÉL lo es. Cuando esto ocurra, Dios, y tú – su emanación – despertarán para descubrir que ustedes dos se han hecho uno. Habiendo dejado todo, el Hijo de Dios – el cual es uno con su Padre – se aferra a su emanación – su esposa – hasta que se convierte en una carne, un ser, un Señor.

¡Les digo la verdad! Aunque estés inconsciente de esta roca, y te hayas olvidado del Dios que te dio a luz, tú eres un hijo de Dios. El día vendrá cuando tú también, verás aquella Roca que te engendró. La roca simboliza la muerte, en el sentido de que Dios murió a su luminosidad y translucencia, para así poder ponerse tú cuerpo de contracción y opacidad.


En lo que a mí respecta, individualmente, yo ya he despertado. Para mí el sueño de la vida se ha terminado, y ahora sé por experiencia que las escrituras son verdad de principio a fin. Yo sé que somos los hijos de Dios quienes colectivamente forman al único Dios, ¡Y no existe otro!

Ahora, no existe otro fundamento que aquel que fue puesto, el cual es Jesucristo. Ese fundamento es la Roca, la cual ahora se está formando a sí  misma en hermosa juventud. Cristo está respirando en ti, haciendo que tu cuerpo tenga vida. Es Cristo quien sueña cada uno de tus sueños, aun los más horrorosos. Él inspira a cada visión, así como también a cada una de tus acciones. Y cuando tú eres perfecto en sus ojos, a punto tal que puedas ser superpuesto en él con un encaje perfecto, su trabajo habrá terminado, y ¡ÉL despertará como ti!
Dios, deseando hacer al hombre en la perfección que es él, se vistió a sí mismo en carne mortal para soñar este sueño de la vida. Nosotros acordamos en soñar este mundo a la existencia, para así hacernos más luminosos, mas expandidos, y más grandiosos de lo que ya éramos cuando descendimos. Y esto, sí lo haremos.

Un amigo mío recientemente compartió esta experiencia conmigo. Hace unos años atrás, su amigo estaba por abandonar el teatro, porque creía que era muy difícil para él – un hombre negro – tener éxito. Mi amigo le prestó a él mi libro llamado “Fuera de este Mundo”, en el cual yo afirmé que una asunción, aunque sea falsa, si se persiste en ella, se materializará en hechos. Su amigo leyó el libro pero no podía creer en esta afirmación.


Y luego un día, yo autografié un libro para este caballero con estas palabras de Blake: “Si el tonto persistiera en su locura, él se convertiría en sabio”. El nombre de este caballero era David Moses. Cuando él recibió ese libro, en algo le afectó, porque él comenzó a persistir en su locura de afirmar el éxito, aunque la evidencia de sus sentidos se lo negaba.

En cuestión de unas semanas, él recibió una oferta para una publicidad de Greyhound. Desde ese momento, él recibió contratos para la televisión y películas. Él va a tener una entrevista en el show de Dianne Carroll, y acaba de completar un piloto para Danny Thomas, quien le dijo que el show, cuando lo apruebe la cadena de televisión, comenzaría este septiembre con 26 o 29 segmentos (episodios). Aquí tenemos a uno que se atrevió a persistir en su sueño.

Ahora, el soñador en él es el mismo Dios que declaró: “Miren ahora que Yo, Yo soy ÉL, y fuera de mi no existe otro dios. Yo hago morir, y Yo hago vivir, Yo hiero y Yo sano. Yo hago todas las cosas y nadie puede librarse de mis manos.” (Deuteronomio 32: 39). Si Dios te está poniendo a prueba, es porque él te está moldeando a su propia imagen; y cuando Dios complete el trabajo que comenzó en ti, ya no serán dos, porque para entonces, tú sabrás que ¡Yo soy ÉL!



Habiéndote vestido a ti mismo en la carne mortal, tú has atravesado el infierno, porque eso es lo que el mundo es. Y tú no te dejarás a ti mismo aquí, porque si uno de nosotros quedará atrás, Dios dejaría de ser el Ser que es ÉL. Él tendría que dejar a los 99 e ir en busca del uno que quedó. Todos tienen que despertar a la consciencia de ser el mismo ser, solo mejorado, para encontrarse a sí mismo siendo mucho más grandioso de lo que era antes de su descenso a este mundo de pecado y muerte.

Yo he visto a esa figura viviente respirando. Yo sabía que era yo mismo, y aun así no podía creer que yo poseía esa fuerza de carácter o majestad. Pon un superlativo a cada característica que tú admiras y describirás a ese rostro. Y cuando la buena obra que está siendo hecha en ti se complete, el rostro que ahora llevas puesto se hará conforme a ese, y tú dirás: ¡Soy Yo! A los ojos del mundo, tú serás el mismo ser que todos han conocido siempre, pero Dios solo ve el corazón y en los ojos de Dios tú serás perfecto.

“Amados, aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos como Él es!” (1era. Juan 3: 2). Cuando Él apareció ante mí, yo vi a mi propio rostro. Ya no era más una roca, yo era un hombre viviente, pulsante que respiraba, y me estaba meditando a mí, y “Yo estaba satisfecho, cuando desperté en su semejanza” (aprox. Salmo 17: 15).

Todos, cuando despierten, tendrán la semejanza de la perfección. Ninguno puede fallar, sino que serán perfectos tal como nuestro Padre en los cielos es perfecto. ¡Y digo que ninguno! Hitler no puede fallar, porque el hijo de Dios sueña que Hitler es su propio ser, y despertará para ver el rostro de Hitler elevado al enésimo grado de perfección. Lo mismo es verdad para Stalin. En este nivel, no podemos entender cómo esto puede ser así, pero les digo que eso es exactamente lo que sucederá.

Nosotros nos conocíamos antes de venir aquí abajo, porque somos los hijos de Dios, que, como un hombre proclamó: “Yo dije: Ustedes son dioses, Y todos ustedes hijos del Altísimo; Pero como los demás hombres morirán, y caerán como cualquiera de los príncipes.” (Salmo 82: 6 y 7).

Dentro de ti, individualmente, está el príncipe, el hijo de Dios que, colectivamente, forma al Señor. Esto lo sé por experiencia y te lo digo con autoridad. Los escribas hablan desde la teoría y especulación, pero yo hablo con la autoridad que gané por mi experiencia. Estoy compartiendo mis experiencias con ustedes, porque sé que he cumplido el patrón por el que todos los hombres atravesarán. Todos verán a la Roca formarse a sí misma en un ser que respira, pulsante y viviente, para reflejar la belleza y la perfección moldeada allí del individuo.

En la declaración que dice: “Y la Roca, su obra es perfecta”, la palabra “perfecta” significa prepararse para una meta. La meta de Dios es hacerte a ti en su propia imagen, en su propia semejanza. El mundo vino a la existencia, no para hacer una persona más importante que otra, sino para hacer al hombre individual en la imagen del único Dios.

Tú nunca perderás tu identidad. Eres individualizado, y el Dios que se está formando en ti en su semejanza es individualizado y es conocido por su nombre en la eternidad. Aunque hay más hijos de Dios que las arenas del mar, aun así todos volveremos a conocernos los unos a los otros íntimamente. Todas las cosas por una ley divina, en uno con el otro ser se mezclan (Blake). Todos tendremos acceso a la sabiduría de todo, una sabiduría derivada de esta fantástica experiencia en que descendimos a la carne mortal.

En el caso del caballero que les conté, él ahora es todo un éxito y quizás se olvide cómo su éxito vino a su existencia. Muchas veces, cuando la gente logra su meta, le dan la espalda a la escalera por la cual ellos ascendieron ¡y se olvidan del Dios que le dio vida a ello! Espero que este caballero lo recuerde, porque nadie se baja de la rueda de la recurrencia (este mundo) hasta que no sea juzgado como perfecto por aquel que empezó la buena obra en él. Solo entonces el individuo será superpuesto sobre el Hijo de Dios para formar el único Dios y Padre de todos.

Un amigo me dijo recientemente cómo fue que vino a escucharme por primera vez. Parece que en la primavera de 1967, cuando fue a tomar un libro de una estantería de la biblioteca Glendale, otro libro cayó al suelo. Él lo levantó, leyó su título: “Tu Fe es Tu Fortuna” por Neville Goddard, y lo volvió a poner.

Una semana después él volvió a la librería, extrajo otro libro, y el mismo libro se cayó al suelo. Otra vez, él lo levantó, chequeó el título, y volvió a poner el libro en la estantería. Cuando la misma cosa sucedió a la tercera semana, él tomo el libro y lo llevó a la mesa y leyó las primeras doce páginas. Dándose cuenta que el mensaje le atraía, se lo llevó de la biblioteca, y leyó el libro de principio a fin dos veces antes de devolverlo a la biblioteca.

Unas semanas después él vio mi publicidad en el periódico, y él y su esposa han venido a mis reuniones desde entonces.

No fue un accidente que ese libro se le cayó tres veces, dado a que en su carta él compartió esta visión, diciendo: “yo estaba manejando mi auto cuando de repente, yo sabía que iba a tener un bebé. Aunque la calle estaba oscura, paré frente a una casa, y al mirar a través de una ventana iluminada, podía ver a un instructor y a sus estudiantes. Al abrir la puerta, yo grité: ‘Llamen al doctor rápido, ¡porque voy a tener un bebé!’ Luego volví corriendo al auto para encontrarme con un bebé recostado en el asiento. Lo levanté y dije: ‘Yo soy su padre. Yo soy su padre. Yo soy su Padre.’”

Aquí tenemos un hermoso presagio de un evento que este caballero – al igual que todos – experimentará. Nadie puede dejar esta rueda de la recurrencia, hasta que el Padre en él sepa que su obra está terminada, y hasta que no haya hecho a ese individuo en su propia perfección. Él era perfecto cuando descendió, y él debe ser el Perfecto Padre cuando ascienda. Y, a causa de su viaje hacia este mundo de muerte, y de tus experiencias aquí, cuando Él ascienda, tú volverás más expandido, más luminoso, ¡para saber que tú eres el único perfecto ser!

Todos los hijos de Dios son perfectos y formarán al único cuerpo. Tal como el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado y todos los órganos vitales del cuerpo tienen diferentes funciones, y aun así forman un cuerpo, así es con cada hijo de Dios. Juntos formamos el único cuerpo, y aun así cada uno es conocido y amado uno por uno como hermanos. Ahora, “Ve a mis hermanos, y diles: Yo asciendo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” (Juan 20: 17). No puede haber dos Padres o dos Dioses, así que realmente somos hermanos en el sentido más íntimo, ya que colectivamente formamos al Señor.
Se nos dijo que agua viviente salió de la roca en el desierto, y cuando se la golpeó, salió miel (Deuteronomio 32: 13, Salmo 81: 16). Todo sale de la Roca, porque él es Dios y la fuente de toda la vida. El hombre sabio construye a su casa sobre esta roca cuando él sabe que es su propia maravillosa imaginación humana. Haz de ella tu único fundamento al construir lo que quieres sobre ella. Persiste en creer en ti mismo, y tú tendrás tu deseo, ¡porque todas las cosas salen de ti! Entretiene a un noble concepto de ti mismo ¡y cree en su verdad hasta traerlo a la existencia!

Porque todas las cosas son posibles de imaginar, tú puedes ser cualquier cosa que quieras ser. Si ahora estás experimentando dificultades y conoces la tristeza, es porque el hijo de Dios te está tejiendo en su propia imagen, moliéndote en la piedra de la vida. Te lo estás haciendo a ti mismo, porque tú eres ese hijo que tomó este cuerpo mortal de carne. Recuerda las palabras de William Blake y, “Ten confianza en los objetos. Todo está en orden y es correcto, y debe cumplir su destino para así poder alcanzar la perfección.” Sigue este sendero, y recibirás de tu propio ego, una percepción más profunda de la belleza eterna de la creación. También recibirás un alivio en constante incremento de aquello que parece ser tan triste y terrible, ya que te mostrará por qué este evento que parece ser tan duro de soportar, sucedió.

Todo está en orden y es correcto, y en el final despertarás para descubrir que eres uno con la infinita belleza que es tu propio ser. Hasta que no veas a tu verdadero ser, tú solo puedes especular en cuanto a tu belleza y fuerza de carácter. Cuando yo me vi a mí mismo, apenas podía creer que estaba mirando al ser que yo conozco como Neville, porque el ser que yo vi ¡era glorioso! 

Yo vi a Neville como un ser que respiraba, pulsante. Sus ojos estaban cerrados y estaba en una profunda, profunda meditación y yo supe que él me estaba meditando a mí. Y también supe que cuando su obra esté terminada, yo sería igual de perfecto como él lo es. Luego él despertaría y seríamos uno solo.

La Roca perfecta no es algo afuera en el espacio, sino que es nuestro redentor, quien es el Señor. Somos redimidos por el límite de contracción llamada “la Roca”. Aunque podría haber sido un diamante, la roca que yo vi era un cuarzo, de color opaco. Explotó en muchos pedazos, los cuales rápidamente se recolectaron a sí mismos hasta juntarse para formar ese ser perfecto que se veía igual a mí. Luego comenzó a brillar, y al llegar al límite de luminosidad explotó y me desperté en mi habitación.

Ahora, yo sé que los hombres sabios de nuestra actualidad especulan en cómo limitar la explosión de la población; pero no pueden detenerla. Si el humilde maní (cacahuate) puede vestir y alimentar al mundo, entonces el problema es económico, pero yo no tengo la solución. No soy un economista. De hecho, ni siquiera puedo hacer un balance de mi propia chequera. Cada mes la declaración bancaria muestra que tengo menos de lo que pensaba que tenía. Quizás solo son unos cuarenta centavos, pero siempre es menos. Mi esposa tampoco puede hacer el balance de nuestra chequera, y ella tiene un título en matemáticas de la Universidad Smith.

Siempre me entretengo al escuchar a estos hombres sabios que, aunque pueden hablar muchos idiomas, sus palabras demuestran su falta de conocimiento sobre la palabra de Dios. Lean el capítulo 32 del libro de Deuteronomio: “Él ha fijado los límites del pueblo de acuerdo al número de los hijos de Dios, que son más numerosos que las estrellas en los cielos y más que las arenas del mar” (Deuteronomio 32: 8; Génesis 22: 17). Cada niño, cuando nace, es la ropa mortal del hijo de Dios quien está dentro de él, o el niño no podría respirar. Y aunque Dios tiene innumerables hijos, hay un límite que solo lo conoce aquel colectivo, quien es Dios. Tú eres amado como individuo y eres conocido por nombre, porque el hijo de Dios te habla a ti individualmente y te ama sin medida.

Si Dios puso límites al pueblo de acuerdo al número de hijos de Dios, y sus hijos se están vistiendo a ellos mismos en carne mortal, ¿cómo puede cualquier hombre detenerlo? Yo soy uno de diez hijos. Somos el resultado de la meditación de los hijos de Dios, y nadie puede detener a los hijos de Dios a que vengan aquí para la experiencia.

Medita en el hecho de que tú eres el perfecto hijo de Dios. Vive en la conciencia de esa perfección y un día tú verás tu rostro tejido en la semejanza del Padre que está en ti, quien es Jesucristo. Y recuerda: todas las cosas son posibles para él. No te dirijas a nadie en el exterior, dirígete solamente al hijo de Dios dentro de ti, el cual es ¡Tu propia imaginación humana!

Ahora que has escuchado la verdadera historia de la Roca, atrévete a asumir que tú eres esa perfección, porque tú ya eres perfecto. En el principio tú dijiste: “Hagamos al hombre en nuestra imagen, en nuestra semejanza” (Génesis 1: 26). Ese era tu desafío y ese es tu destino.

Mientras te estás moviendo hacia ese final, tú jugarás el personaje del hombre rico, del hombre pobre, del mendigo, y del ladrón. Jugarás todos los papeles, ya que todas las cosas están en orden y son correctas.

No importa lo que hayas hecho, no te mortifiques en eso y te llenes de remordimiento; en vez de eso, comienza a meditar en la perfección del hijo de Dios dentro de ti. Sueña noblemente y no tengas ningún otro fundamento, porque no existe otro Dios. “Ahora ve que Yo, Yo soy él, y no existe otro Dios además de mí. Yo mato, yo doy vida. Yo hiero, y yo sano, y no hay quien pueda librarse de mi mano. Elevo mi mano al cielo (tu interior) y exclamo, ‘Yo vivo para siempre’.” (Deuteronomio 32: 39).

El ser que dijo esas palabras está dentro de ti, ¡hablándote a ti cada momento del tiempo! Yo he sido enviado para hacer que lo escuches a él. Él te está diciendo que cada cosa noble que tú deseas es posible, porque todas las cosas son posibles para él. Todo lo que tienes que hacer es asumir el sentimiento del deseo cumplido, porque si lo haces, ¡Se convertirá en realidad!

Este Ser conoce el camino para el cumplimiento de tu deseo, pero sus caminos y medios no se pueden descubrir. No trates de decirle cómo debe hacerlo; simplemente camina como si ya fueras el hombre o la mujer que quieres ser, y deja que la Roca, quien es el hijo de Dios en ti, proyecte tu deseo cumplido en la pantalla del espacio – y él ¡Lo hará!

Ahora, vayamos al silencio.
Imágenes de David Moses:



Titulo original en inglés: THE ROCK.

YY
Para Sesiones Personales, escribe a: nevillizando@gmail.com


jueves, 15 de febrero de 2018

UNA CONVICCION INTERNA


UNA CONVICCION INTERNA

Neville Goddard

15 de Marzo de 1968

Traducido por: Laura Arrojo




Yo les digo que la imaginación crea la realidad, y les pido que imagen un estado, cualquier estado, que implicaría el cumplimiento de sus deseos. No importa lo que los demás pienses; ¡es lo que tú piensas lo que te importa! Si tú creas una escena que implica el cumplimiento de tu deseo, y permaneces en esa escena hasta que tengas una convicción interna de que es REAL, ¿Qué importa lo que otros piensen?

En el libro de Habacuc (lo cual significa abrazar, aceptar) el profeta habla al Señor como “Muy puro de ojos eres como para contemplar la iniquidad” (1: 13). Luego hace la pregunta: “¿Cómo, pues, contemplas callado a los criminales, y guardas silencio mientras el malvado destruye a los que son más justos que él?” (Luego dice) “Estaré en mi puesto de guardia, y sobre la fortaleza me pondré; para ver y escuchar lo que la gente me dice, y yo responderé” (aprox. 2: 1). Ahora, el Señor habla, diciendo: “Escribe la visión y grábala en tablas, para que aquel que corra la pueda leer. Porque la visión tiene su tiempo señalado; madurará y florecerá. Aunque tarde, espérala; porque ciertamente vendrá, no se demorará.” (2: 3).

Existen aquellos que quieren apresurar todo para que suceda. Ellos tratan de forzar el nacimiento desde la concepción, pero eso no puede hacerse. Hay muchas experiencias que no fueron escritas en las escrituras, y no estoy aquí para discriminar entre aquellos que han experimentado a las escrituras y quienes todavía no. Pero yo sí sé por experiencia que, en este nivel, si tú te atreves a asumir que ya eres aquello que quieres ser, tu convicción interna, tu sentimiento o sensación de certeza lo traerá a la existencia. Cuando tú abrazas y aceptas al estado deseado, tú has asumido su embarazo, y su cumplimiento tiene su hora señalada. Madurará y florecerá. Si ese estado es lento, y tarda en materializarse a sí mismo, espera, porque ciertamente vendrá, y no se demorará.

Yo sé que cuando me dijeron que no podía salir de la isla de Barbados por al menos seis meses, y yo deseaba irme de allí inmediatamente, yo asumí que estaba caminando por la rampa del barco. Yo sentí la humedad de la baranda, y saboreé la sal en el aire, con el sentimiento de certeza de que yo estaba partiendo hacia América. Yo hice a esa rampa tan real que ni había roto el hechizo cuando sonó el teléfono y me ofrecieron un pasaje para la semana entrante. Aunque me habían dicho que yo estaba en el final de una lista de más de dos mil nombres, mi familia y yo fuimos seleccionados para abordar ese barco. Así que yo sé que la verdad de cualquier concepto es conocida por el sentimiento de certeza, un peculiar saber de qué ya es verdad.

Puedes tomar este mismo concepto en todos los niveles de tu ser, porque cualquier deseo es un concepto. Tú puedes moverte hacia cualquier deseo, y expresarlo. No le preguntes a nadie si estás en tu derecho, o si ya lo has hecho – solo tú sabes lo que has hecho. Te sucedió a ti. Ahora espera a la visión (el cumplimiento del deseo) porque tiene su propio tiempo señalado. Madurará y florecerá. Aunque pareciera tardar, espérala, porque ciertamente vendrá y no se demorará.

Volviendo a la imagen final de Dios elevándose en el Hombre, vayamos al libro de Éxodo, donde se nos dijo: “El tiempo que los hijos de Israel vivieron en Egipto fue de cuatrocientos treinta años. Y sucedió que al final de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos del Señor salieron de la tierra de Egipto. Esa era noche de vigilia para el Señor.” (12: 40 al 42). Y luego se le dice a Moisés que guarde a esta noche en la memoria.

Las escrituras enseñan un misterio. “Indiscutiblemente, grande es el misterio de nuestra religión” Aprox. 1era. Timoteo 3: 16). La palabra “misterio” es definida como: “una verdad religión revelada por Dios, que un hombre no puede razonar ni mucho menos descubrir”.  Aquí tenemos a una doctrina de verdad revelada.

Se nos dijo en el capítulo 15 de Génesis que: “Tú y tus descendientes serán esclavizados por cuatrocientos años”. Ahora, el número cuatrocientos es la letra numero veintidós en el alfabeto hebreo, cuyo símbolo es la cruz. Tú cuerpo (tu cuerpo de creencias) es la cruz a la que se refiere cuando dice cuatrocientos, y mientras lo lleves puesto tú eres esclavizado en una tierra que no es tuya. Pero en el final tú serás extraído de allí ¡con grandes posesiones!

En el capítulo 12 de Éxodo, se le agregó treinta años a los cuatrocientos, y en el Nuevo Testamento se nos dijo que Jesús comenzó su ministerio cuando él tenía alrededor de treinta años de edad. en este mundo tú eres esclavizado, y aquí tú permanecerás jugando tu papel hasta aquel momento en que serás abrazado, embarazado, y treinta años después Cristo nacerá en ti, y tus retos y tribulaciones ¡se habrán terminado! Así que cuatrocientos no significan años, pero treinta sí. Cuatrocientos graba el período lo cual Blake llama 6,000, o 8,500 años. Llámalo como quieras, es el período de tiempo en que el hombre juega su papel en este mundo. Luego viene el momento cuando, como Hombre, tú eres seleccionado, llamado y abrazado, y se te dice que te pongas de guardia; porque la señal tiene su tiempo señalado para madurar y florecer, ¡y ese tiempo son treinta años!

Mi amigo Benny, no recuerda el abrazo, pero yo lo recuerdo muy bien. Era en 1929. Yo estaba completamente consciente del abrazo, así como estuve completamente consciente de su cumplimiento en 1959, así que le puedo decir a cualquier por mi propia experiencia, cómo sucede, pero no puedo decirte cuándo, si no recuerdas el abrazo. Solo luego del embarazo puedo profetizar respecto a qué, y cuando estas cosas sucederán.

Pero yo sí sé que la ley de Dios refleja todo hasta aquí abajo en este mundo del Cesar. No sé cuánto tiempo de incubación le lleva a cada huevo en el nido, pero sí sé que cada uno nacerá en su propio tiempo. Y así también es con una asunción. Si yo deseo ser rico, quizás no sepa cuánto tiempo me llevará para alcanzar la convicción de que yo poseo grandes riquezas, pero cuando sienta que las riquezas son mías, yo he concebido. La concepción es mi final. La cantidad de tiempo entre mi deseo y su concepción depende completamente de mi convicción interna de que YA está hecho. A un caballo le lleva doce meses, a una vaca nueve meses, a un pollo veintiún días, así que hay (diferentes) intervalos de tiempo; pero todo dependerá al simple hecho de que la verdad respecto a cualquier concepto es conocida por el sentimiento de su certeza. Cuando tú lo conoces, ¡no hay ni una cosa que pueda perturbar tu SABER!

En mi propio caso, mientras sentía a la rampa debajo de mis pies, y el rocío salado y la baranda del barco en Barbados, el teléfono sonó y el pasaje era mío. Ha habido otros momentos en que tomó más tiempo. Desafortunadamente no llevamos cuentas para ver cuánto tiempo tarde en manifestarse luego de haberlo hecho. Pero un concepto es un huevo y permanece siéndolo hasta que lo ocupas. ¡Ocupa tu deseo! Siente su certeza y tú podrás profetizar su cumplimiento.

Aunque no sabía lo que sucedería  luego de eso, yo escribí lo que me sucedió en 1929, así que cuando nací de arriba y resucité desde adentro mío en 1959, yo miré atrás para descubrir que habían pasado treinta años. Descubrí que Jesús comenzó su ministerio cuando tenía treinta años de edad, y que Israel hizo su éxodo treinta años luego de los cuatrocientos grabados en Génesis. Celebraremos este éxodo en el futuro inmediato como la Pascua, “un día para guardar en la memoria para siempre”. Porque “Esta es una noche de vigilia para el Señor. En ese mismo día, el Señor sacará a todos los ejércitos de Israel  de la tierra de Egipto.” Y ellos saldrán uno por uno. Así que si alguien me cuenta una historia que no es parte de mi experiencia, yo no puedo ni confirmarlo ni negarlo; yo solo sé que mis experiencias igualan a las escrituras.

Pero te digo a ti: Todo tiene su tiempo señalado. Madurará y florecerá, si su cumplimiento pareciera tardar, espera, porque ciertamente vendrá y no se demorará. Todo viene a tiempo, pero no conocemos el intervalo de tiempo porque no hemos grabado su concepción. En mi caso, yo mantengo un diario personal. Reviso las escrituras para descubrir dónde está el pasaje que yo he experimentado y escribo su fecha al costado. Ahora sé el período de tiempo que lleva cumplir las escrituras. También sé que cuando se trata del mundo del Cesar, yo he recibido confirmación aun mientras estaba en el silencio. Yo había explotado justo dentro del ahora y, habiendo sentido la excitación, yo sabía que tenía que suceder, pero no sabía cuándo. Podría ser un día, una semana, o un mes. Tres semanas atrás escuche (en mi interior) las buenas noticias para un amigo, y hoy recibí confirmación de que ya se ha completado. No voy a catalogar ese evento para decir que ese deseo en particular se iguala a todos los deseos, porque un deseo puede ser tan diferente como el huevo de un pollo lo es del huevo (óvulo) de un elefante. Lo que sí sé, sin embargo, es que los eventos de las escrituras sí tienen períodos de tiempo definidos. Las escrituras se cumplen a sí mismos en los tiempos de Dios, y no puedes demorar ni apresurar su venida.

Una amiga me escribió esta semana, diciendo: “Me encontré a mí misma sentado en una mesa, mirando a un hermoso plato que contenía un pedazo de carne cruda, cuando escuché estas palabras: ‘cómelo’. Obedeciendo a esta orden, luego escuché una voz decir, “Has comido del cuerpo de Dios”. Esta dama ha cumplido los versículos 51 y 56 del capítulo 6 del libro de Juan: “Mi carne es el pan de la vida. Aquel que la coma tendrá vida eterna”. Ella ha comido completamente el cuerpo de la verdad revelada, y la vida eterna ahora es suya. No puedo decirle cuándo será llamada, pero ella ha aceptado a la verdad revelada, lo cual es el cuerpo de Dios.

Otra carta me llegó, contándome cómo esta dama pasaba el día trabajando en los libros de su esposo. Ella estaba tan pero tan cansada que se quedó dormida, ella dijo: “Padre, no puedo tomar a cada aspecto del día y cambiarlo, pero puedo imaginar que nunca ha sucedido”. Así que comenzó a crear una escena la cual implicaría que todos los problemas del día habían sido resueltos, cuando de la nada misma, ella vio una enorme escena de montañas cubiertas de magníficos árboles. Mientras observaba esto, ella descubrió que su actividad mental causaba que los árboles se movieran. Y que el mundo exterior de imágenes se ajustaba a sí mismo en armonía con sus pensamientos. Luego ella dijo, “Llegué a la conclusión de que mi Dios es un Dios de acción, porque vi todo lo que estaba imaginando sucediendo ahora. Siento como si el mundo se está moviendo dentro de mi como si estuviera en un desfile.” Así es como Dios ve al hombre. Estamos eternamente ajustándonos a su perfecto ser. Él está mirando hacia afuera, y aun así todo está sucediendo en el interior.

Esta noche te pido que tomes a la cosa más fantástica del mundo y encuentras una convicción interna dentro tuyo de que Ya es tuyo, porque la verdad de cualquier concepto se la conoce por el sentimiento de certeza que esa convicción inspira. Una vez que tienes ese sentimiento interno de certeza, no me pidas que lo confirme. ¿Qué importa lo que yo piense? No te desilusiones si tu experiencia no la he tenido yo. Cree en ti mismo, y confía en tu sentimiento interior. Ponte a prueba y si funciona en este nivel, funcionará en las profundidades de tu ser.

Si yo, en mi imaginación, subo a una rampa, y mientras miro con nostalgia a la pequeña isla de Barbados el teléfono suena, ofreciéndome el pasaje que yo deseaba, ¿Acaso no estoy influenciando a mi mundo externo?  ¿Acaso la llamada telefónica no estaba reflejando mi actividad mental? Yo llegue al punto de sentir una certeza peculiar, y la certeza fue su inspiración.

Tú siempre puedes decir la verdad de cualquier concepto por el sentimiento de certeza el cual inspira. Cuando imaginas viendo al mundo como tú deseas que fuese, y eres inspirado por su verdad, no importa lo que todos los demás piensen. No me importa lo que es; cuando tú sabes lo que quieres, puedes hacer a tu deseo tan real, tan natural, que alcanzarás un sentimiento de certeza el cual ningún poder en el mundo puede detenerlo. Cuando ese sentimiento es tuyo, lo sueltas. No le preguntes a nadie si lo que has hecho está bien o mal; lo hiciste, y eso es todo lo que se necesita.

Ahora, déjenme que comparta una carta que recibí de Benny. Él dijo: “Unos amigos míos (negros), un hombre y su esposa me invitaron a una fiesta. En el camino paramos en su casa, cuando un grupo de caucáseos, adolescentes, estaban teniendo una fiesta. De repente mis amigos aparecieron en el umbral de la puerta, con el abrigo y el sombrero en sus manos, y me dijeron, ‘Tú quédate y cuida a los chicos’. Yo estaba shockeado, pero me di vuelta para mirar a los chicos y chicas, cuando de la nada misma, un muchacho rubio de ojos claros y piel clara se me acercó, y cuando lo miré, supe que era David*. Él me miro a los ojos y me dijo, ‘Yo sé que nuestro Padre nunca nos dejará’. En ese momento conocí a mi hijo David, y aun así también supe que yo era el padre de todos. Esto fue el miércoles. Al siguiente viernes, mientras le conté esta experiencia a mis amigos, desperté para descubrir que había estado soñando, porque desperté en mi cama.”
*David es el símbolo de la humanidad completa, que como dice la biblia (1era. Samuel): "un hombre conforme a mi corazón, que hará toda mi voluntad"

Aquí está la duplicación de un sueño, la confirmación como se nos dijo en el capítulo 41 del Génesis. Ahora, no puedes alterar la historia de las escrituras. David es descripto en el capítulo 16 de 1era. Samuel, y no podrás cambiar la descripción no importa quién seas. El niño Cristo no es descripto, así que él puede ser negro, rosado, blanco, o amarillo. No hay descripción de Jesús tampoco, pero yo les diré quién es él. Él es el Anciano de días como se lo describe en el libro de Daniel y en Apocalipsis. Cuando ves a David, él es la juventud del antiguo que él observa. Benny ahora está vistiendo una piel muy oscura, pero en los ojos de su hijo David, de piel pálida, rubio y ojos celestes, Benny es el Antiguo de Días, el Santo de Israel. Aquel que reconocemos y llamamos Benny ahora se reconoce a sí mismo sabiendo que es el Señor resucitado. Ahora le diré que en el octavo día de Julio él será partido en dos de pies a cabeza. Yo lo sé, porque la visión tiene su tiempo señalado; madurará y florecerá. Aunque tarde, espérala; porque ciertamente vendrá, no se demorará.
Ahora, el libro de Ezequiel comienza así: “Al año treinta, los cielos se abrieron y yo vi visiones de Dios”. Ezequiel te da un día y un mes, no significando nada. Lo importante es que en el año número 30, los cielos se abrieron y las visiones de Dios fueron suyas. “Y mientras miraba, he aquí, un viento tormentoso”. Eso es exactamente lo que sucede. Un viento supernatural viene en el año treinta, y tú naces de arriba, naces nuevamente a través de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Jesucristo es el patrón de salvación de Dios, enterrado en ti. Su muerte en el sentido más literal es tu vida, y su resurrección es posible solo luego que él se embaraza a sí mismo.

Dios el que envía, y el hombre el enviado, son uno. Enamorándose con aquel que envió, Dios lo embaraza. Él planta su semilla, lo cual toma treinta años en germinar, y es su misión comenzar. Esta experiencia viene al hombre luego de haber cargado su cruz en esta tierra salvaje que es este mundo, por miles de años. A pesar de las cosas horribles que suceden en el mundo, cuando el individuo es llamado y abrazado, ¿Qué importa lo que él tenga que atravesar antes de despertar? En un corto período de solo 30 años él nacerá en una era completamente diferente, porque durante ese tiempo él es sacado de esta era y es puesto en esa era, la era del reino de los cielos.

Ahora, porque tú conoces este concepto, no pienses que eres mejor que otra persona. Tú eres poder creativo. Párate sobre tu torre y observa para ver lo que Dios va a decir, y cómo responderás. Haz esto al asumir que eres la persona que quieres ser, y al ver lo que verías si tu asunción fuese real.  Permanece allí hasta que sientas su certeza, hasta que alcances al punto de satisfacción, hasta que estés convencido de su realidad; y aunque el mundo se colapse a tu alrededor, aun así te convertirás en aquello que has asumido que eres.

En el capítulo 21 del libro de Juan se dijo que si se tendrían que contar todas las cosas respecto a Jesucristo, el mundo mismo no podría contener los libros; así que no pienses que porque yo no he tenido tu experiencia, que no es cierto – pero no me obligues a aceptarla. Cree lo que quieras, y ve por tu camino esta noche. Mi patrón ha seguido a las escrituras completamente, desde el abrazo hasta el descenso de la paloma, pero no estoy diciendo que es la única manera.

Estoy diciendo, sin embargo, que tú puedes ser el hombre o la mujer que quieres ser, pero no con meramente desear. Tú debes hacer el esfuerzo de mirar al mundo mentalmente y ver que refleja tu deseo cumplido. Y cuando lo refleje, debes permanecer en ese estado hasta que alcances la certeza interna de que lo que estás viendo, tocando, saboreando, oliendo y escuchando es verdad. Vístete a ti mismo en el sentimiento de su realidad - ¡Y explota!  Haz esto, y tú estarás embarazado. Y ¿Qué haces luego de quedar embarazo? ¡Nada! Tú simplemente esperas a que aparezca su nacimiento, a su hora señalada. ¡Y así será! Cuando menos lo esperes tu deseo se materializará a sí mismo en el mundo para que lo disfrutes, ya sea en salud, en riquezas o fama. Así es cómo funciona la ley de Dios.

Ahora, para aquella que tuvo esta experiencia la otra noche, yo sé que estás ansiosa en dar a luz ya mismo, pero ¿Qué son treinta años en esta fabulosa eternidad? Tú estabas despierta cuando sucedió y nunca perderás su memoria. Si partieras esta noche, para encontrarte a ti misma siendo una joven dama de veinte, solo tendrás cincuenta cuando extraigas al niño Cristo. Luego verás el patrón completo cumplirse en tres años y medio, y entrarás en una nueva era, lo cual es el mundo de la eternidad. Mi querida, estás destinada a conocer la partida de este mundo de muerte y la entrada al mundo de vida eterna, cuando te muevas de la oscuridad hacia la luz. Pero tu reacción fue natural.

Me recordó a una historia que escuché en la Ciudad de Nueva York. Esta joven mujer venia corriendo hacia el subte, y parándose delante de un caballero ella dijo; “Por favor, ¿Dejaría a una dama embarazada tener su asiento? Saltando y terriblemente perturbado, el caballero dijo, “¿Cuándo espera al bebe?” Y ella respondió: “No lo sé, acaba de suceder”. Pero esta dama sabe que serán treinta años, pero qué son treinta años cuando has sido llamado, has sido seleccionado, has sido elegido. ¡Serás uno de los elegidos!

Ahora, vayamos al silencio.

Titulo original en inglés: AN INNER CONVICTION

YY
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