(Título original: OUT OF THIS WORLD)
NEVILLE GODDARD
TRADUCIDO POR: LAURA ARROJO
CAPITULO 1
PENSAR
CUATRIDIMENSIONALMENTE
Y os lo
he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. Juan 14:29.
Muchas
personas, incluyéndome a mí, han observado eventos antes de que ocurran; es
decir, antes de que ocurran en este mundo de tres dimensiones. Desde que el
hombre puede observar un evento antes de que ocurra en el espacio de tres
dimensiones, la vida en la tierra debe proceder acorde al plan, y este plan
debe existir en otro lugar, en otra dimensión y debe estar moviéndose
lentamente a través del espacio.
Si los
eventos que ocurren, no estaban en este mundo cuando fueron observados,
entonces, para ser perfectamente lógicos, deben haber existido fuera de este
mundo.
Y lo
que sea que esté allí para ser visto
antes de que ocurra aquí, debe estar “predeterminado” desde el punto de vista
del hombre despierto en un mundo tridimensional.
Entonces,
surge la pregunta: ¿Somos capaces de alterar nuestro futuro?
Mi
objetivo en escribir estas páginas es indicar las posibilidades inherentes en
el hombre, para mostrar que el hombre puede alterar su futuro; pero, una vez
alterado, forma nuevamente una secuencia determinista comenzando desde el punto
de interferencia - un futuro que será consistente con la alteración.
La
característica más remarcable del futuro del hombre, es su flexibilidad.
Es
determinado por sus actitudes, más que por sus acciones.
El pilar
desde el cual todas las cosas están
hechas, es el concepto que tiene el
hombre de sí mismo. Él actúa de la manera en que actúa, y tiene las
experiencias que tiene, porque su concepto de sí mismo es lo que es, y por
ninguna otra razón. Si el tuviera otro concepto de sí mismo, el actuaría de
manera diferente. Un cambio de concepto de sí mismo, automáticamente altera su
futuro: y un cambio en cualquier término de sus futuras series de experiencias,
recíprocamente altera su concepto de sí mismo.
Las
asunciones del hombre, que él considera insignificantes, producen efectos que
son considerables; por lo tanto el hombre debería revisar la valorización que
le da a una asunción, y reconocer su poder creativo.
Todos los
cambios toman lugar en la conciencia. El futuro, aunque esté preparado en cada
detalle por adelantado, tiene varios resultados.
En cada
momento de nuestras vidas, tenemos delante de nosotros la elección de cuál de
varios futuros elegiremos.
Hay dos
tipos de resultados reales en el mundo que todos poseemos - un foco natural y
un foco espiritual. Los antiguos maestros llamaban al primero “la mente carnal”
y al segundo “la mente de Cristo”.
Podemos
diferenciarlos como: una despierta conciencia ordinaria - gobernada por
nuestros sentidos; y una imaginación controlada - gobernada por nuestro deseo.
Reconocemos
estos dos distintivos centros de pensamiento en esta declaración: “Pero el
hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son
necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.”
1 Corintios 2:14.
El punto
de vista natural, confine la realidad al momento llamado “ahora”. Para el punto
de vista natural, el pasado y el futuro son puramente imaginarios.
El punto
de vista espiritual, por otro lado, ve los contenidos del tiempo. Ve a los
eventos como objetos en el espacio, distintivos y separados. El pasado y
el futuro son un Todo presente, para el
punto de vista espiritual. Lo que es mental y subjetivo para el hombre natural,
es concreto y objetivo para el hombre espiritual.
El hábito
de ver solo lo que nuestros sentidos nos permiten ver, nos deja completamente
ciegos a lo que de otra manera podríamos ver.
Para
cultivar la facultad de ver lo invisible, deberíamos desapegar deliberadamente
nuestra mente de la evidencia de los sentidos, y enfocar nuestra atención en un
estado invisible, mentalmente sintiéndolo y percibiéndolo hasta que tenga toda
la peculiaridad de la realidad.
El
pensamiento sincero y concentrado, enfocado en una dirección en particular,
deja afuera otras sensaciones y hace que desaparezcan.
Solo
basta con que nos concentremos en el estado deseado, para poder verlo.
El hábito
de sacar la atención de la región de las sensaciones, y concentrarla en lo
invisible, desarrolla nuestro resultado espiritual y nos permite penetrar más
allá del mundo de los sentidos, y nos deja ver aquello que es invisible.
“Porque
desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y
divinidad, se han visto con toda claridad”. Romanos 1:20.
Esta
visión es completamente independiente de las facultades naturales. ¡Ábrela y
Apúrala! Porque sin ella, estas instrucciones son inútiles, ya que: “las cosas
del espíritu se disciernen espiritualmente”.
Un poco
de práctica nos convencerá de que podremos, al controlar nuestra imaginación,
restructurar nuestro futuro en armonía con nuestro deseo. El deseo es el
impulso primario de la acción. No podemos mover ni un solo dedo sin el deseo de
moverlo. No importa lo que hagamos, seguimos el deseo que en el momento domina
nuestra mente. Cuando rompemos un hábito, nuestro deseo de romperlo es más
grande que nuestro deseo de continuar con ése hábito.
Los
deseos que nos impulsan a la acción son aquellos que sostienen nuestra
atención. Un deseo no es más que estar conscientes de algo que nos falta o
necesitamos para hacer nuestra vida más disfrutable.
Los
deseos siempre tienen alguna ganancia personal en vista, cuanto más grande sea
la ganancia anticipada, más intenso será el deseo. No hay ningún deseo
absolutamente desinteresado. Donde no hay nada que ganar no hay deseo y,
consecuentemente, no hay acción.
El hombre
espiritual le habla al hombre natural a través del lenguaje del deseo.
La clave
para el progreso de la vida y para el cumplimiento de los sueños, yace en la
dispuesta obediencia a su voz.
La
determinada obediencia a su voz es una inmediata asunción del deseo cumplido.
Desear un estado, es tenerlo.
Como dijo
Pascal, "Tu no me hubieras buscado,
si no me habrías ya encontrado". El hombre, al asumir el sentimiento de su
deseo cumplido, y luego viviendo y actuando en esta convicción, altera el
futuro en armonía con su asunción.
Las
asunciones despiertan lo que afirman.
Tan
pronto como el hombre asume el sentimiento de su deseo cumplido, su ser
cuatri-dimensional encuentra maneras para obtener su final, descubre métodos
para su realización.
No
conozco definición más clara para los medios por los cuales realizar nuestros
deseos, que el de experimentar en la imaginación lo que experimentaríamos en la
carne si fuéramos a cumplir nuestro objetivo.
Esta
experiencia del final, dará los medios.
Con su
perspectiva más grande, nuestro ser cuatri-dimensional construye entonces, los
medios necesarios para realizar el final aceptado.
Para la
mente no disciplinada, le parece muy difícil asumir un estado el cual es negado
por los sentidos.
Aquí hay
una técnica que hace que sea más fácil vivir los eventos antes de que ocurran,
para “llamar a las cosas que no existen, como si existieran.” (Romanos 4:17).
La gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas
simples; pero esta fórmula simple para cambiar el futuro fue descubierta luego
de años de búsqueda y experimentación.
El primer
paso para cambiar el futuro, es el deseo - eso es: define tu objetivo - Sabe
definitivamente lo que quieres.
Segundo:
construye un evento que tú crees que vivirías siguiendo el cumplimiento de tu
deseo - un evento que implique el cumplimiento de tu deseo - algo que la acción
del Ser sea predominante.
Tercero:
inmoviliza tu cuerpo físico e induce una condición semejante al sueño -
acuéstate en una cama o relájate en una silla e imagina que tienes sueño;
luego, con tus ojos cerrados y tu atención enfocada en la acción que pretendes
experimentar - en la imaginación-,
siente mentalmente que estás justo en medio de la acción propuesta-,
imaginando durante todo el tiempo que estás realmente actuando la acción, aquí
y ahora. Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no meramente
estar detrás parado y observar, sino que debes sentir que tú estás realmente actuando
la acción, para que la sensación imaginaria sea real para ti.
Siempre
es importante recordar que la acción propuesta debe ser una que siga el
cumplimiento de tu deseo; y también, tú debes sentirte a ti mismo justo en
medio de la acción hasta que tenga toda la viveza y distinción de realidad.
Por
ejemplo: Supone que tú deseas una promoción en la oficina. Ser felicitado sería
un evento que tú vivirías siguiendo el cumplimiento de tu deseo. Habiendo
elegido esta acción como la que experimentarás en la imaginación, inmoviliza el
cuerpo físico, e induce un estado próximo al sueño - un estado somnoliento-
pero uno en el que todavía puedas controlar la dirección de tus pensamientos -
un estado en el que estás atento pero sin esfuerzo. Ahora, imagina que un amigo
está parado frente a ti. Pon tu mano imaginaria en la de él. Primero siéntela
sólida y real, luego ten una conversación imaginaria con él en armonía con la
acción. No te visualices a ti mismo a distancia en un punto en el espacio, ni a
distancia en un punto en el tiempo siendo felicitado por tu buena fortuna. En
vez de eso, haz que aquel otro lugar sea aquí; y el futuro, ahora. El evento
futuro es una realidad ahora en un mundo dimensionalmente más grande; y, aunque
parezca mentira, ahora en un mundo dimensionalmente más grande, es equivalente
a aquí en el espacio ordinario tridimensional de la vida diaria.
La
diferencia entre sentirte a ti mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte
a ti en acción, como si estuvieras en una pantalla cinematográfica, es la
diferencia entre el éxito y el fracaso.
La
diferencia será apreciada si tú ahora te visualizas a ti mismo subiendo una
escalera. Luego, con los ojos cerrados, imagina que la escalera está justo
enfrente tuyo, y tu sientes que estás realmente subiéndola.
El deseo,
la inmovilidad física bordeando el sueño, y la acción imaginaria en el que el
propio ser sentimentalmente predomina, aquí y ahora, no son solo factores
importantes para alterar el futuro, sino que son condiciones esenciales para
conscientemente proyectar nuestro ser espiritual. Si cuando el cuerpo físico al
estar inmovilizado, se posesiona de la idea de hacer algo - e imaginar que lo
estamos haciendo aquí y ahora, y mantener esa acción imaginaria con gran
emoción justo hasta que nos quedemos dormidos-, tendremos más posibilidades de
despertar fuera del cuerpo físico para encontrarnos en un mundo
dimensionalmente más grande con un foco dimensionalmente más grande y haciendo
realmente lo que deseamos e imaginamos que estábamos haciendo en la carne.
Pero ya
sea que despertemos allí o no, aun así estamos actuando la acción en el mundo
cuatri-dimensional, y aun lo volveremos a vivir en el futuro, aquí en el mundo
tridimensional.
La
experiencia me ha enseñado a restringir la acción imaginaria, a condensar la
idea que será el objeto de nuestra meditación, en un solo acto, y recrearlo una
y otra vez, hasta que tenga la sensación de realidad. Porque si no, la
atención, divagará a una línea de temas que estén asociados, y líneas de
imágenes asociadas se nos harán presentes en nuestra atención. En unos pocos
segundos, nos llevarán a miles de kilómetros, lejos de nuestro objetivo en un
punto en el espacio, y años luz en un punto en el tiempo.
Si
decidimos subir una escalera en particular, porque ese sería el evento más
probable que seguiría a continuación de la realización de nuestro deseo,
entonces debemos restringir la acción a subir esa escalera en particular. Si
nuestra atención divagara, debemos traerla de nuevo a su tarea de subir la
escalera y continuar haciéndolo hasta que la acción imaginaria tenga toda la
solidez y distinción de la realidad. La idea debe ser mantenida en el campo de
la presentación sin ningún tipo de esfuerzo sensorial de nuestra parte.
Debemos, con el mínimo de esfuerzo, permeabilizar la mente con el sentimiento
del deseo cumplido.
El
adormecimiento facilita los cambios, porque favorece a la atención sin
esfuerzo, pero no debe ser empujado al punto tal de dormirse, en el cual ya no
podremos controlar los movimientos de nuestra atención, sino que debe llegar a
un adormecimiento de grado moderado en el cual todavía somos capaces de dirigir
nuestros pensamientos.
Una manera muy efectiva de
personificar un deseo, es asumir el
sentimiento del deseo cumplido y luego, en un estado relajado y adormecido,
repetirlo una y otra vez, como una canción de cuna, cualquier frase corta que
implique el cumplimiento de nuestro deseo, como por ejemplo: “Gracias”, como si
nos dirigiéramos a un poder más alto, por haberlo hecho por nosotros.
Sin embargo, si buscamos una
proyección consciente a un mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos
mantener la acción en marcha hasta que nos quedemos dormidos.
Experimenta en la
imaginación, con toda la distinción de la realidad, lo que sería experimentado
en la carne si tú lograras tu objetivo; y
con el tiempo, lo experimentarás
en la carne como lo has experimentado en la imaginación.
Alimenta a la mente con
premisas - es decir, aserciones que se presumen ser ciertas, porque las
asunciones, aunque sean irreales para los sentidos, si se persiste en ellas
hasta que tengan la sensación de realidad, se materializarán en hechos. Para
una asunción, todos los medios que promocionen su realización son buenos. Influencian en el comportamiento de todas al
inspirar en ellas, los movimientos, acciones y palabras que tienden hacia sus
cumplimientos.
Para entender como el hombre
moldea su futuro en armonía con su asunción, debemos saber a qué nos referimos
con “un mundo dimensionalmente más grande”, porque es a un mundo
dimensionalmente más grande al que vamos para alterar nuestro futuro. La
observación de un evento antes de que suceda implica que el evento es
predeterminado desde el punto de vista del hombre en el mundo tridimensional. Por lo tanto, para cambiar las condiciones
aquí en las tres dimensiones del espacio, debemos primero cambiarlas en las
cuatro dimensiones del espacio.
El hombre no sabe
exactamente a qué se refiere con “mundo dimensionalmente más grande”, y no
dudaría en negar la existencia de su propio ser dimensionalmente más grande.
El hombre está familiarizado
con las tres dimensiones de longitud, anchura y altura, y él siente que si
hubiera una cuarta dimensión, debería ser tan obvia para él como las
dimensiones de longitud, anchura y altura.
Una dimensión no es una
línea; es cualquier manera en que una cosa pueda ser medida que es
completamente diferente de todas las otras maneras.
Es decir, al medir a un
sólido cuatri-dimensionalmente, simplemente lo medimos en cualquier dirección
excepto de su longitud, anchura y altura.
¿Existe otra manera en que
se pueda medir a un objeto que no sea en su longitud, anchura y altura?
El tiempo mide mi vida sin
emplear estas tres dimensiones de longitud, anchura y altura.
No existe tal cosa como un
objeto instantáneo. Su aparición y desaparición son medibles.
Perdura por un período de
tiempo definitivo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de
longitud, anchura y altura.
El tiempo es definitivamente
una cuarta manera de medir un objeto.
Cuanto más dimensiones tenga
un objeto, más sustancial y real se convierte. Una línea recta, que yace
completamente en una dimensión, adquiere forma, masa y sustancia por la suma de
dimensiones. ¿Qué cualidad nueva daría el
tiempo, la cuarta dimensión, que sería mucho más superior a los sólidos, como
los sólidos son a las superficies y las superficies a las líneas?
El tiempo es un medio para
los cambios en la experiencia porque todos los cambios necesitan tiempo. La
nueva cualidad es la variabilidad.
Observa que si bisecamos un
sólido, su corte transversal sería una superficie; y si bisecamos una
superficie obtendremos una línea; y si bisecamos una línea obtendremos un
punto. Esto significa que un punto no es
más que un corte transversal de una línea, la cual es un corte transversal de
una superficie, la cual es un corte transversal de un sólido, el cual, si
seguimos con su conclusión lógica, es nada más que un corte transversal de un
objeto cuatri-dimensional.
No podemos ignorar la
conclusión de que todos los objetos tridimensionales son nada más que un corte
transversal de cuerpos cuatri-dimensionales. Lo que significa que: cuando te
conozco, estoy conociendo un corte transversal de tu ser cuatri-dimensional -
el ser cuatri-dimensional que no se ve.
Para ver el ser
cuatri-dimensional, debo ver todos los cortes transversales, o momentos de tu
vida desde el nacimiento, a la muerte, y verlos a todos coexistiendo.
Mi enfoque debería tomar
todo el despliegue de las impresiones sensoriales que tú hayas experimentado en
la tierra, más aquellas que tú podrías encontrar.
Debería verlas, no en el
orden en que tú las has experimentado, sino como un presente completo.
Dado a
que el cambio es la característica de la cuarta dimensión, yo debería verlas en
un estado de flujo como a un todo viviente y animado.
Si
tenemos todo esto claramente fijado en nuestras mentes, ¿Qué significa para
nosotros en este mundo tridimensional?
Significa
que, si podemos movernos en la longitud del tiempo, podemos ver el futuro y
alterarlo como deseáramos.
Este mundo, el cual lo creemos tan
sólidamente real, es una sombra de la cual, y más allá de la cual, en algún
momento nos iremos.
Es una
abstracción de un mundo más fundamental y dimensionalmente más grande - un
mundo más fundamental abstraído de un mundo aún más fundamental y
dimensionalmente aún más grande, y así sucesivamente.
El
absoluto es inalcanzable bajo cualquier medio o análisis, no importa cuántas
dimensiones le agreguemos a este mundo.
El hombre
puede probar la existencia de un mundo dimensionalmente más grande simplemente
al enfocar su atención en un estado invisible e imaginar que lo ve y lo siente.
Si él permanece concentrado en ese estado, su ambiente presente desaparecerá, y
él despertará en un mundo dimensionalmente más grande donde el objeto que
contemplaba será visto como una realidad concreta y objetiva.
Intuitivamente
siento que, si él abstrajera sus pensamientos de este mundo dimensionalmente
más grande, y se retirara aún más adentro de su mente, él traería una
exteriorización del tiempo. Él
descubriría que cada vez que se retira hacia su mente interior y trae una
exteriorización del tiempo, el espacio se convierte dimensionalmente más
grande. Y por lo tanto, concluiría que ambos tiempo y espacio son seriales, y
que el drama de la vida es nada más que el escalar un bloque de tiempo
multitudinario dimensional.
Los
científicos algún día explicaran porque hay un Universo Serial.
Pero en
la práctica, lo más importante es cómo usar este Universo Serial para cambiar
el futuro.
Para
cambiar el futuro, solo necesitamos concentrarnos con dos mundos en la serie
infinita, el mundo que conocemos con la razón de nuestros órganos corpóreos, y
el mundo que percibimos independientemente de nuestros órganos corpóreos.
CAPITULO 2
LAS ASUNCIONES SE CONVIERTEN
EN HECHOS.
Los
hombres creen en la realidad del mundo externo porque no saben cómo enfocar y
condensar sus poderes para penetrar en su delgada corteza.
Este
libro tiene solo un propósito - el remover el velo de los sentidos - el viaje a
otro mundo.
Para
remover el velo de los sentidos, no utilizamos gran esfuerzo; el mundo objetivo
desaparece al quitar la atención de él.
Solo
tenemos que concentrarnos en el estado deseado para poder verlo mentalmente,
pero para darle realidad así se convierte en un hecho objetivo, debemos enfocar
nuestra atención al estado invisible hasta que tenga la sensación de realidad.
Cuando,
con atención concentrada, nuestro deseo aparenta poseer la distinción y
sensación de realidad, le hemos otorgado el derecho de convertirse en visible y
hecho concreto.
Si es
difícil controlar la dirección de tu atención mientras estas en un estado
próximo al sueño, te será de gran ayuda observar fijamente a un objeto. No
mires a su superficie, sino que dentro y a través de cualquier objeto plano
como una pared, o una alfombra, o cualquier objeto que posea profundidad.
Arréglalo
de manera tal, que devuelvas reflexión lo menos posible. Imagina entonces, que
en esta profundidad tú estás viendo y escuchando lo que quieres ver y escuchar
hasta que tu atención esté exclusivamente ocupada por el estado imaginario.
Al final
de tu meditación, cuando te despiertes de tu sueño controlado despierto, tú te
sientes como si hubieras vuelto de una gran distancia.
El mundo
visible que tu habías dejado afuera, ahora vuelve a la conciencia, y por su
propia presencia te informa que tú has sido auto-engañado en creer que el
objeto que contemplabas era real.
Pero si
tú sabes que la conciencia es la única realidad, tu permanecerás fiel a tu
visión, y por esta actitud mental sostenida confirmas tu regalo de realidad, y
pruebas que tú tienes el poder de darle realidad a tus deseos para que ellos se
conviertan en hechos concretos visibles.
Define tu
ideal y concentra tu atención sobre la idea de identificarte a ti mismo con tu
ideal. Asume el sentimiento de serlo, el sentimiento que sentirías si tú ya
hubieras encarnado tu ideal. Luego vive y actúa en base a esta convicción. Esta
asunción, aunque sea negada por los sentidos, si persistes en ella, se
convertirá en hecho. Tú sabrás cuando hayas tenido éxito en fijar en la
conciencia el estado deseado, al simplemente mirar mentalmente a la gente que
conoces.
En
diálogos contigo mismo tú estás menos inhibido y eres más sincero que en conversaciones
reales con otros, por lo tanto la oportunidad para auto analizarte surge cuando
tú eres sorprendido por tus conversaciones mentales con otros.
Si tú los
ves a ellos como anteriormente los veías, tú no has cambiado tu concepto de ti
mismo, porque todos los cambios de conceptos de uno mismo, resultan en un
cambio de relaciones con tu mundo.
En tu
meditación, permite que otros te vean cómo te verían si este nuevo concepto de
ti mismo ya fuera un hecho concreto. Tú siempre te ves frente a otros como una
personificación del ideal que tú inspiraste. Por lo tanto, en la meditación,
cuando contemplas a otros, tú debes ser visto por ellos mentalmente de la
manera en que serías visto por ellos físicamente si tu concepto de ti mismo ya
fuera un hecho objetivo; es decir, en meditación, tú imaginas que ellos te ven
expresando aquello que tú deseas ser.
Si tú
asumes que ya eres lo que quieres ser, tu deseo se cumple, y, ya siendo
cumplido, todo anhelo es neutralizado. Tú no puedes continuar deseando lo que
ya has realizado. Tu deseo no es algo por lo que trabajas para que se cumpla,
sino que es reconocer algo que tú ya posees. Es asumir el sentimiento de ya ser
aquello que deseas ser. Creer y Ser son uno.
El que
concibe y su concepción son uno, por lo tanto aquello que tú concibes que ya
eres, nunca podría estar tan lejos como siquiera estar cerca, porque cercanía
implica separación. “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos
9: 23).
Ser, es
la sustancia de todas las cosas por las que se espera, la evidencia de las
cosas todavía no vistas. (Hebreos 11: 1).
Si tú
asumes que ya eres aquello que deseas ser, entonces verás a otros en relación a
tu asunción.
Si lo que
estás deseando es para el bien de otros, entonces en meditación, tú debes
representarlos para ti mismo como si ya fueran aquello que deseas que sean.
Es a
través del deseo, que tú te elevas por encima de tu esfera presente, y, el
camino de 'anhelar', a 'cumplimiento', se acorta, a medida que tú experimentas
en la imaginación, lo que experimentarías en la carne si ya fueras la
encarnación del ideal que deseas ser.
Yo ya he
declarado que el hombre tiene, en cualquier momento en el tiempo, la elección
frente a él de cuál de varios futuros él experimentará; pero la pregunta que
surge es: ¿Cómo es eso posible cuando las experiencias del hombre despierto en
el mundo tridimensional, son predeterminadas? Tal como implica su observación
de un evento antes de que ocurra. Su habilidad para cambiar el futuro será
vista si igualamos las experiencias de la vida en la tierra con esta página
impresa.
El hombre
experimenta eventos en la tierra individualmente y sucesivamente de la misma
manera en la que tú ahora estás experimentando estas palabras en esta página.
Imagina
que cada palabra en esta página, representa una impresión sensorial en
particular. Para entender el contexto, para entender mi mensaje, tú enfocas tu
visión en la primera palabra que se encuentra en la esquina superior izquierda
y luego mueves tu enfoque a través de la página, de izquierda a derecha,
permitiendo que caiga en las palabras individualmente y sucesivamente. Para
cuando tus ojos lleguen a la última palabra en esta página, tú habrás extraído
mi mensaje. Sin embargo, supone que, al mirar a esta página, con todas las
palabras impresas tal como están aquí presentes, tú decides reacomodarlas. Tú
podrías, al reacomodarlas, contar una historia completamente diferente; de
hecho; tú podrías contar muchas historias diferentes.
Un sueño,
no es nada más que el incontrolable pensar cuatri-dimensionalmente, o el
reacomodamiento de impresiones sensoriales de ambos pasado y futuro. El hombre
rara vez sueña con los eventos en el orden en el cual los ha experimentado cuando estaba despierto.
Él,
usualmente sueña con dos o más eventos que están separados en el tiempo,
fusionados en una sola impresión sensorial; o, en su sueño, él reordena
completamente sus impresiones sensoriales de cuando está despierto, a modo tal
que ya no las reconoce cuando se las encuentra en su estado despierto.
Por
ejemplo: Yo soñé que entregaba un paquete al restaurante en el edificio de mi
departamento. La anfitriona me dijo: “no puedes dejar eso ahí”, por lo cual, el
operador del ascensor me dio algunas cartas y cuando le agradecí por ellas, él
en respuesta, me agradeció a mí. En ese momento el operador del ascensor del
turno nocturno apareció y me saludó con la mano.
Al día
siguiente, mientras dejaba mi departamento, levanté unas cartas que habían sido
dejadas en mi puerta. Mientras bajaba, le di una propina al operador del ascensor
del turno diurno, y le agradecí por haberse hecho cargo de mi correo, por lo
tanto, él me agradeció por la propina. En mi vuelta a casa ese día, escuché
como un portero le decía a un repartidor: “No puedes dejar eso aquí”. Cuando
estaba por tomar el ascensor para subir a mi departamento, fui atraído hacia
una cara que me parecía familiar en el restaurante, y mientras miraba, la
anfitriona me saludó con una sonrisa. Más tarde esa noche, acompañé a mis
invitados de la cena al ascensor, y mientras me despedía de ellos, el operador
del turno nocturno me saludó con la mano.
Con
simplemente reordenar algunas de las impresiones sensoriales individuales que
estaba destinado a tener, y al fusionar dos o más de ellas en una individual
impresión sensorial, yo construí un sueño que se diferenciaba bastante de mi
experiencia despierto.
Cuando
hemos aprendido a controlar los movimientos de nuestra atención en el mundo
cuatri-dimensional, seremos capaces de crear conscientemente las circunstancias
en el mundo tridimensional.
Aprendemos
este control a través del sueño despierto, donde nuestra atención puede ser
mantenida sin esfuerzo, porque la atención menos el esfuerzo, es indispensable
para cambiar el futuro. Nosotros podemos, en un sueño despierto controlado, construir
conscientemente un evento que deseamos experimentar en el mundo tridimensional.
Las
impresiones sensoriales que utilizamos para construir nuestro sueño despierto,
son realidades presentes desplazadas en el tiempo o en el mundo
cuatri-dimensional. Todo lo que hacemos al construir el sueño despierto, es
seleccionar de un vasto surtido de impresiones sensoriales que, cuando son
ordenadas propiamente, implican que ya hemos realizado nuestro deseo. Con el
sueño claramente definido, nos relajamos en una silla y nos inducimos a un
estado de conciencia próximo al sueño; un estado que, aunque bordee el estado
de sueño, nos mantiene en control consciente de los movimientos de nuestra
atención. Cuando hemos logrado ese estado, experimentamos en la imaginación lo
que experimentaríamos en la realidad si este sueño despierto fuera ya un hecho
objetivo. Al aplicar esta técnica para cambiar el futuro, es importante
recordar siempre que lo único que ocupa la mente durante el sueño despierto, es
el sueño despierto, la acción predeterminada que implica el cumplimiento de
nuestro deseo.
De qué
manera el sueño despierto se convertirá en un hecho físico, no es asunto
nuestro.
Nuestra
aceptación del sueño despierto como una realidad física, genera los medios para
su cumplimiento.
Déjenme
que otra vez exponga el fundamento para cambiar el futuro, que es nada más que
un sueño despierto controlado.
Define tu
objetivo. Sabed definitivamente qué es lo que quieres.
Construye
un evento, que tú crees que vivirás siguiendo el cumplimiento de tu deseo -
algo que la acción del Ser, sea predominante - un evento que implique el
cumplimiento de tu deseo.
Inmoviliza
el cuerpo físico, e induce un estado de conciencia próximo al sueño; luego,
mentalmente siéntete a ti mismo justo en medio de la acción propuesta -
imaginando durante todo el tiempo que estás realmente haciendo la acción aquí y
ahora, para que así experimentes en la imaginación lo que experimentarías en la
carne si tú ya hubieras realizado tu objetivo.
La
experiencia me ha convencido de que esta es la manera perfecta para realizar mi
objetivo.
Aunque
mis propios y varios fracasos me condenarían, si yo implicara que ya he
dominado completamente los movimientos de mi atención.
Pero
puedo, sin embargo, con la enseñanza antigua, decir: “pero una cosa hago:
olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo hacia la
meta para obtener el premio”. (Filipenses 3: 13, 14).
CAPITULO 3: EL PODER DE LA
IMAGINACION
“y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8: 32.
Los
hombres declaran que un verdadero juicio debe conformarse a la realidad externa
a la que se relaciona. Esto significa que: si yo, estando en prisión, me
sugiero a mí mismo que soy libre y logro con éxito creer que soy libre, será verdad
que yo creo en mi libertad; pero no significa que yo seré libre porque yo
podría ser víctima de una ilusión.
Pero, a
razón de mis propias experiencias, he llegado a creer en tantas cosas extrañas
que veo muy pocas razones por las cuales dudaría de la verdad de las cosas que
van más allá de mi experiencia.
Las
antiguas enseñanzas nos advirtieron de que no juzguemos por las apariencias
porque, como dijeron, la verdad no tiene que amoldarse a la realidad externa a
la que está relacionada.
Ellos
declararon que dábamos falso testimonio si imaginábamos el mal en contra del
prójimo - que no importa qué tan real nuestra creencia parece ser - ni cómo se
amolda verdaderamente a la realidad externa a la que está relacionada - si no
hace libre al individuo por el que sostenemos esta creencia, no es verdadera, y
por lo tanto es falso juicio.
Somos
llamados para negar la evidencia de nuestros sentidos, y para imaginar cómo
verdadero de nuestro prójimo, aquello que lo haga libre. ‘Conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres.’
Para
conocer la verdad de nuestro prójimo, debemos asumir que él ya es aquello que
desea ser. Cualquier concepto que mantengamos de otro que no sea su deseo
cumplido, no lo hará libre, y por lo tanto, no puede ser la verdad.
En vez de
aprender mi oficio en escuelas, donde asistir a cursos y seminarios es
considerado un substituto para el conocimiento auto-abastecido, mi escuela fue
dedicada casi exclusivamente al poder de la imaginación.
Yo pasé
horas imaginando ser, otro del que mi razón y mis sentidos dictaban, hasta que
los estados imaginarios eran tan vívidos como la realidad - tan vívidos, que
hasta un peatón se convertía en parte de mi imaginación, y yo actuaba como si
los tuviera ahí. Por el poder de mi imaginación, mi fantasía dirigía la de
ellos y les dictaba su comportamiento, tanto como las conversaciones que tenían
entre ellos mientras yo me identificaba con mi estado imaginado.
La imaginación
del hombre es el hombre mismo, y el mundo como la imaginación lo ve, es el
mundo real, pero es nuestro deber imaginar todo lo que es amoroso y honorable
(Filipenses 4: 8). “pues Dios ve no como el hombre ve, pues el
hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor
mira el corazón.” (1 Samuel 16: 7). “Como el hombre piensa en su corazón, así
es él” (Proverbios 23: 7).
En la
meditación, cuando el cerebro se ilumina, encuentro que mi imaginación está
dotada con el poder magnético para atraer hacia mí lo que sea que yo desee. El
deseo es el poder que la imaginación utiliza para fabricar la vida que se trata
de mí, como yo la fabrico en mi interior.
Yo
primero deseo ver a cierta persona o escena, y luego veo como si viera aquello
que quiero ver, y el estado imaginario se hace objetivamente real. Yo deseo
escuchar, y entonces escucho como si estuviera oyendo, y la voz imaginada me
dice aquello que yo le dicto como si hubiera iniciado el mensaje.
Yo podría
darte muchos ejemplos para probar mi argumento, para probar que estos estados
imaginarios, sí se convierten en realidades físicas; pero sé que mis ejemplos
despertarán, en todos aquellos que no han vivido algo parecido o que no están
inclinados hacia mis argumentos, una incredulidad natural. Aun así, la experiencia
me ha convencido de la verdad de esta afirmación, “él llama a las cosas que no
existen, como si existieran.” (Romanos 4:17).
Porque
yo, en intensa meditación, llamé a las cosas que no se ven, como si existieran,
y lo invisible no solo se hizo visible, sino que eventualmente se convirtieron
en realidades físicas.
Con este
método - el de primero desear y luego imaginar que ya estamos experimentando
aquello que deseamos experimentar - podemos moldear el futuro en armonía con
nuestro deseo. Pero hagámosle caso al consejo que nos dio el profeta, y
pensemos en lo amoroso y honorable, porque la imaginación nos espera de manera
indiferente, tan prontamente cuando nuestra naturaleza es mala, tanto como
cuando es buena. De nosotros brota el bien y el mal. “Yo he puesto hoy delante
de ti la vida y el bien, la muerte y el mal”. (Deuteronomio 30: 15).
El deseo
y la imaginación, son la vara de fábulas del encantador, y atraen hacia sí
mismos sus propias afinidades. Estos estallan mejor cuando la mente está en un
estado próximo al sueño.
He
escrito con cierto cuidado y detalle el método que yo uso para entrar al mundo
dimensionalmente más grande, pero les daré una fórmula más para abrir la puerta
al mundo más grande.
“En un
sueño, en una visión nocturna, cuando un sueño profundo cae sobre los hombres,
mientras dormitan en sus lechos, entonces
El abre el oído de los hombres, y sella su instrucción”. (Job 33: 15, 16).
En un
sueño, usualmente somos el sirviente de nuestra visión, más que el maestro,
pero la fantasía interna del sueño puede transformarse en una realidad externa.
En el
sueño, como en la meditación, saltamos de este mundo a uno dimensionalmente más
grande, y sé que las formas en un sueño no son imágenes de dos dimensiones,
como los psicólogos modernos creen que son. Son realidades substanciales del
mundo dimensionalmente más grande, y yo puedo sujetarme a ellos. He descubierto
que, si me sorprendo a mí mismo soñando, puedo sujetarme a cualquier forma
inanimada o inmóvil del sueño - una silla - una mesa - una escalera - un árbol
- y comandar que despierte, mientras firmemente me sostengo al objeto del
sueño, soy empujado a través de mi mismo con la sensación distintiva de
despertarme del sueño. Yo despierto en otra esfera, sosteniendo el objeto de mi
sueño, para encontrarme con que ya no soy más el sirviente de mi visión sino
que soy su amo, así que estoy completamente consciente y en control de los
movimientos de mi atención. Es en este estado completamente consciente que es
cuando estamos en control de la dirección del pensamiento, que llamamos a las
cosas que no se ven como si existieran. En este estado llamamos a las cosas, al
desear y asumir el sentimiento del deseo cumplido.
A
diferencia del mundo de tres dimensiones, donde hay un intervalo entre nuestra
asunción y su cumplimiento, en el mundo dimensionalmente más grande hay una
realización inmediata de nuestra asunción. La realidad externa refleja
instantáneamente nuestra asunción. Aquí no hay necesidad de esperar cuatro
meses hasta la cosecha (ver Juan 4: 35). Vemos otra vez como si hubiéramos
visto, y he aquí, los campos ya están blancos para la cosecha.
En este
mundo dimensionalmente más grande - “No necesitáis pelear en esta batalla;
apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor con vosotros”, (2 Crónicas 20: 17). Y porque ese mundo más grande está lentamente
pasando a través de nuestro mundo tridimensional, nosotros podemos, con el
poder de nuestra imaginación, moldear nuestro mundo en armonía con nuestro
deseo.
Mira como
si hubieras visto; escucha como si hubieras oído; estira hacia adelante tu mano
imaginaria como si hubieras tocado… y tus asunciones se materializarán en
hechos.
Para
aquellos que creen que un verdadero juicio debe amoldarse a la realidad externa
a la que se relaciona, esto será necedad y piedra de tropiezo. (1 Corintios
1:23).
Pero yo
predico y practico el fijar en la conciencia, aquello que el hombre desea
realizar. La experiencia me convence de que, las actitudes fijadas de la mente,
que no se moldean a la realidad externa con la que están relacionadas, y por lo
tanto son llamadas imaginarias - “las cosas que no son”, son las que: “anularán
lo que es”. (1 Corintios 1:28).
No deseo
escribir un libro de maravillas, más bien deseo regresar la mente del hombre a
la única realidad que los antiguos maestros adoraban como 'Dios'.
Todo lo
que fue dicho de Dios fue en realidad dicho de la conciencia del hombre, así
que podemos decir “que, acorde a lo que fue escrito, el que se gloría, que se
gloríe en su propia conciencia” (1 Corintios 1:31; 2da. Corintios 10:17, 18);
“más el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues
yo soy el Señor que hago
misericordia, derecho y justicia en la tierra” (Jeremías 9:24).
Ningún
hombre necesita ayuda para que lo dirijan en la aplicación de esta ley de la
conciencia. “Yo Soy”, es la auto-definición de lo absoluto. La raíz de la cual
todo crece. “Yo soy la vida” (Juan 15: 1, 15: 5).
¿Cuál es
tu respuesta a la pregunta eterna, “quién soy yo”?
Tu
respuesta determina la parte que tú juegas en el drama del mundo. Tu respuesta
- eso es, tu concepto de ti mismo - no necesita amoldarse a la realidad externa
a la que se relaciona. Esta gran verdad se revela en la declaración, “Deja que
el débil diga, yo soy fuerte”. (Joel 3:10).
Mira hacia
atrás, a todas las resoluciones buenas, que se han acumulado en muchos de los
años nuevos pasados. Vivieron por un tiempo, y luego murieron. ¿Por qué? Porque
fueron arrancadas de su raíz. Asume que ya eres aquello que deseas ser.
Experimenta
en la imaginación aquello que tú experimentarías en la carne si ya fueras
aquello que deseas ser. Permanece fiel a tu asunción, para que te definas a ti
mismo como aquello que tú has asumido.
Las cosas
no tienen vida si son arrancadas de su raíz, y nuestra conciencia, nuestra
“Yosoidad”, es la raíz de todas las cosas que nacen de nuestro mundo.
“Si no
creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.” (Juan 8: 24). Eso significa
que, si yo no creo que ya soy aquello que deseo ser, entonces permanezco como
soy, y muero en mi presente concepto de mí mismo.
No hay
poder, afuera de la conciencia del hombre, para resucitar y dar vida a aquello
que el hombre desea experimentar.
Aquel
hombre que esté acostumbrado a llamar a voluntad, a cualquier imagen que le
apetezca, será, por virtud del poder de su imaginación, el amo de su destino.
“Yo soy
la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá” Juan 11:25.
“Conocerás
la verdad, y la verdad os hará libres”.
CAPITULO 4
NADIE A QUIEN CAMBIAR, SINO
A UNO MISMO
“Y por
ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad.”
Juan 17: 19.
El ideal
al que servimos y luchamos por obtener, nunca podría evolucionar desde
nosotros, si no estuviera potencialmente involucrado en nuestra naturaleza.
Mi
propósito ahora es volver a contar y enfatizar una experiencia mía impresa por
mí hace dos años. Creo que estas citas de “LA BÚSQUEDA”, nos ayudarán a
entender la operación de la ley de la conciencia, y nos mostrará que no tenemos
a nadie a quien cambiar sino a uno mismo.
-Una vez
en un intervalo de ocio en el mar, yo medité en el "estado perfecto",
y me pregunté cómo sería si yo tuviera ojos demasiados puros para contemplar la
iniquidad, si para mí, todas las cosas fueran puras y sin condenación. Mientras
me perdía en esta intensa melancolía, me encontré elevado más allá del ambiente
oscuro de los sentidos. Tan intenso era el sentimiento, que sentí que era un
ser de fuego morando en un cuerpo de aire. Voces como de un coro celestial, con
la exaltación de aquellos que habían sido vencedores en un conflicto con la
muerte, estaban cantando, "Él ha
resucitado, Él ha resucitado", e intuitivamente yo supe que se referían a
mí.
Luego
parecía que yo estaba caminando en la noche. Pronto me encontré con una escena
que podría haber sido la antigua Piscina de Bethesda, porque en este lugar
había una gran multitud de gente inválida - ciegos, paralíticos, atrofiados -
esperando, no por el movimiento del agua como era de tradición, sino que
esperaban por mí. Mientras me acercaba, sin pensamientos ni esfuerzos de mi
parte, ellos eran, uno atrás de otro, moldeados como si lo hiciera el Mago de
lo Hermoso. Ojos, manos, pies - todos los miembros que les faltaban - eran
traídos de alguna reserva invisible, y moldeados en armonía con aquella
perfección que yo sentía que brotaba de mí. Cuando todos fueron hechos a la
perfección, el coro regocijó, “Está terminado.” Luego la escena se disolvió y
yo me desperté.
Yo sé que
la visión fue el resultado de mi meditación intensa sobre la idea de la
perfección, porque mis meditaciones invariablemente traen la unión con el
estado contemplado. Estaba tan absorto en la idea, que por un momento yo me
había convertido en lo que había contemplado, y el propósito elevado con el
que, en ese momento, me había identificado a mí mismo, atrajo la compañía de
cosas elevadas y moldeó la visión en armonía con mi naturaleza interna. El
ideal con el cual somos unidos funciona por asociación de ideales para
despertar miles de humores, para crear un drama que sostenga la idea central.
Mis
experiencias místicas me convencieron de que no hay otra manera de atraer la
perfección externa que buscamos, que no sea la de transformarnos a nosotros mismos.
En la
economía divina nada se pierde. No podemos perder nada, salvo por el descenso
de la esfera donde las cosas tienen su vida natural. No hay poder transformador
en la muerte y, ya sea que estemos aquí o allá, nosotros fabricamos al mundo
que nos rodea por medio de la intensión de nuestra imaginación y sentimiento, e
iluminamos u oscurecemos nuestra vida por los conceptos que sostenemos de
nosotros mismos. Nada es más importante para nosotros que la concepción de
nosotros mismos, y especialmente esto es verdad, de nuestro concepto del
dimensionalmente "Grande", dentro de nosotros.
Aquellos
que nos ayudan, o nos hacen tropezar, ya sea que lo sepan o no, son los
sirvientes de esa ley que moldea hacia afuera, circunstancias en armonía con
nuestra naturaleza interna.
Es
nuestro concepto de nosotros mismos lo que nos libera o nos limita, aunque
puede usar agentes materiales para lograr su propósito.
Dado a
que la vida moldea el mundo externo para reflejar los arreglos internos de
nuestras mentes, no hay manera de que traigamos la perfección externa que
buscamos más que la de transformarnos a nosotros mismos. No hay ayuda que venga
de afuera; las colinas a las que elevamos nuestros ojos son aquellas de un
rango interno. Es, entonces, a nuestra conciencia a donde debemos dirigirnos
como la única realidad, el único fundamento en donde todo fenómeno puede ser
explicado. Podemos confiar absolutamente en la justicia de esta ley, para que
nos dé solamente aquello que es de la naturaleza de nosotros mismos.
Intentar
cambiar al mundo antes de que cambiemos nuestro concepto de nosotros mismos es
luchar en contra de la naturaleza de las cosas.
No puede
haber un cambio externo hasta que no haya primero un cambio interno. Así como
es adentro, es afuera. No estoy proponiendo indiferencia filosófica, cuando
estoy sugiriendo que debemos imaginarnos a nosotros mismos ya siendo aquello
que queremos ser, viviendo en una atmósfera mental de grandeza, en vez de usar
medios físicos y argumentos para lograr el cambio deseado.
Todo lo
que hagamos, sin estar acompañado por un cambio de conciencia, es el inútil
reajuste de superficies.
No
importa cuánto trabajemos duro y nos esforcemos, no podemos recibir nada más de
lo que nuestra asunción afirma. Protestar en contra de cualquier cosa que nos
suceda a nosotros, es protestar en contra de la ley de nuestro ser y nuestra
soberanía, sobre nuestro propio destino.
Las
circunstancias de mi vida, están muy cercanamente relacionadas a mi concepto de
mí mismo, para no ser formadas por mi propio espíritu desde algún depósito
dimensionalmente más grande de mí ser. Si hay dolor en mí en estos
acontecimientos, yo debería buscar la causa dentro de mí mismo, porque yo soy
movido aquí y allí y hecho para vivir en un mundo en armonía con mi concepto de
mí mismo.
Meditaciones
intensas traen una unión con el estado contemplado, y durante esta unión vemos
visiones, tenemos experiencias y nos comportamos de acuerdo con nuestro cambio
de conciencia. Esto nos muestra que una transformación de conciencia resultará
en un cambio de ambiente y comportamiento.
Todas las
guerras prueban que las emociones violentas son extremadamente potentes en
precipitar reordenamientos mentales. Cada gran conflicto ha sido seguido por
una era de materialismo y avaricia,
ideales por los cuales el conflicto ostentosamente había sido declarado y sumergido.
Esto es
inevitable, porque la guerra evoca el odio, el cual impulsa un descenso en la
conciencia, desde el plano del ideal, al nivel desde donde el conflicto fue
declarado.
Si pudiéramos
llegar a estar emocionalmente excitados sobre nuestros ideales tanto como nos
excitamos por nuestros disgustos, ascenderíamos al plano de nuestro ideal tan
fácil como ahora descendemos al nivel de nuestros odios.
El amor y
el odio tienen un poder mágico transformador, y crecemos a través de
ejercitarlos hacia la semejanza de lo que contemplamos.
Por
intensidad de odio creamos en nosotros mismos el personaje que imaginamos en
nuestros enemigos. Las cualidades mueren por falta de atención, así que los
estados desagradables sería mejor que los borremos al imaginar: “belleza por
cenizas, alegría por luto” (Isaías 61: 3), en lugar de ataques directos en el
estado del cual quisiéramos liberarnos. “todo lo amable, todo lo honorable, en
esto meditad.” (Filipenses 4: 8), porque nosotros nos convertimos en aquello
con lo que estamos en relación.
No hay
nada que cambiar más que nuestro concepto de nosotros mismos. Tan pronto como
logremos transformar a nuestro ser, nuestro mundo se disolverá, y se remodelará
a sí mismo en armonía con aquello que nuestro cambio afirma.
Titulo
original en ingles: Out of This World.
Excelente!! muchas Gracias Laura por tanta generosidad..y por compartir tu tiempo! Gracias infinitas bendiciones!!
ResponderBorrarGRACIAS POR COMPARTIR TODA ESTA INFORMACION :)
ResponderBorrarMuchísimas Gracias por esta Maravillosa aportación. Mis mejores deseos de progreso para ti.
ResponderBorrarHola Laura cómo puedo aplicar la técnica de afirmar de noche y negar de día para la Asunción de dinero?? Cual oración sería la negación y cual la afirmación?
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