UNA CONVICCION INTERNA
Neville Goddard
15 de Marzo de 1968
Traducido por: Laura Arrojo
Yo les digo
que la imaginación crea la realidad, y les pido que imagen un estado, cualquier
estado, que implicaría el cumplimiento de sus deseos. No importa lo que los
demás pienses; ¡es lo que tú piensas lo que te importa! Si tú creas una escena
que implica el cumplimiento de tu deseo, y permaneces en esa escena hasta que
tengas una convicción interna de que es REAL, ¿Qué importa lo que otros
piensen?
En el libro de Habacuc (lo cual
significa abrazar, aceptar) el profeta habla al Señor como “Muy puro de ojos
eres como para contemplar la iniquidad” (1: 13). Luego hace la pregunta: “¿Cómo,
pues, contemplas callado a los criminales, y guardas silencio mientras el malvado
destruye a los que son más justos que él?” (Luego dice) “Estaré en mi puesto de
guardia, y sobre la fortaleza me pondré; para ver y escuchar lo que la gente me
dice, y yo responderé” (aprox. 2: 1). Ahora, el Señor habla, diciendo: “Escribe
la visión y grábala en tablas, para que aquel que corra la pueda leer. Porque
la visión tiene su tiempo señalado; madurará y florecerá. Aunque tarde,
espérala; porque ciertamente vendrá, no se demorará.” (2: 3).
Existen aquellos que quieren
apresurar todo para que suceda. Ellos tratan de forzar el nacimiento desde la
concepción, pero eso no puede hacerse. Hay muchas experiencias que no fueron
escritas en las escrituras, y no estoy aquí para discriminar entre aquellos que
han experimentado a las escrituras y quienes todavía no. Pero yo sí sé por
experiencia que, en este nivel, si tú te atreves a asumir que ya eres aquello
que quieres ser, tu convicción interna, tu sentimiento o sensación de certeza
lo traerá a la existencia. Cuando tú abrazas y aceptas al estado deseado, tú
has asumido su embarazo, y su cumplimiento tiene su hora señalada. Madurará y
florecerá. Si ese estado es lento, y tarda en materializarse a sí mismo,
espera, porque ciertamente vendrá, y no se demorará.
Yo sé que cuando me dijeron que
no podía salir de la isla de Barbados por al menos seis meses, y yo deseaba
irme de allí inmediatamente, yo asumí que estaba caminando por la rampa del
barco. Yo sentí la humedad de la baranda, y saboreé la sal en el aire, con el
sentimiento de certeza de que yo estaba partiendo hacia América. Yo hice a esa
rampa tan real que ni había roto el hechizo cuando sonó el teléfono y me
ofrecieron un pasaje para la semana entrante. Aunque me habían dicho que yo
estaba en el final de una lista de más de dos mil nombres, mi familia y yo
fuimos seleccionados para abordar ese barco. Así que yo sé que la verdad de
cualquier concepto es conocida por el sentimiento de certeza, un peculiar saber
de qué ya es verdad.
Puedes tomar este mismo concepto
en todos los niveles de tu ser, porque cualquier deseo es un concepto. Tú
puedes moverte hacia cualquier deseo, y expresarlo. No le preguntes a nadie si
estás en tu derecho, o si ya lo has hecho – solo tú sabes lo que has hecho. Te
sucedió a ti. Ahora espera a la visión (el cumplimiento del deseo) porque tiene
su propio tiempo señalado. Madurará y florecerá. Aunque pareciera tardar, espérala,
porque ciertamente vendrá y no se demorará.
Volviendo a la imagen final de
Dios elevándose en el Hombre, vayamos al libro de Éxodo, donde se nos dijo: “El
tiempo que los hijos de Israel vivieron en Egipto fue de cuatrocientos treinta
años. Y sucedió que al final de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo
día, todos los ejércitos del Señor salieron de la tierra de Egipto. Esa era
noche de vigilia para el Señor.” (12: 40 al 42). Y luego se le dice a Moisés
que guarde a esta noche en la memoria.
Las escrituras enseñan un
misterio. “Indiscutiblemente, grande es el misterio de nuestra religión” Aprox.
1era. Timoteo 3: 16). La palabra “misterio” es definida como: “una verdad
religión revelada por Dios, que un hombre no puede razonar ni mucho menos
descubrir”. Aquí tenemos a una doctrina
de verdad revelada.
Se nos dijo en el capítulo 15 de Génesis
que: “Tú y tus descendientes serán esclavizados por cuatrocientos años”. Ahora,
el número cuatrocientos es la letra numero veintidós en el alfabeto hebreo,
cuyo símbolo es la cruz. Tú cuerpo (tu cuerpo de creencias) es la cruz a la que
se refiere cuando dice cuatrocientos, y mientras lo lleves puesto tú eres
esclavizado en una tierra que no es tuya. Pero en el final tú serás extraído de
allí ¡con grandes posesiones!
En el capítulo 12 de Éxodo, se le
agregó treinta años a los cuatrocientos, y en el Nuevo Testamento se nos dijo
que Jesús comenzó su ministerio cuando él tenía alrededor de treinta años de
edad. en este mundo tú eres esclavizado, y aquí tú permanecerás jugando tu
papel hasta aquel momento en que serás abrazado, embarazado, y treinta años
después Cristo nacerá en ti, y tus retos y tribulaciones ¡se habrán terminado!
Así que cuatrocientos no significan años, pero treinta sí. Cuatrocientos graba
el período lo cual Blake llama 6,000, o 8,500 años. Llámalo como quieras, es el
período de tiempo en que el hombre juega su papel en este mundo. Luego viene el
momento cuando, como Hombre, tú eres seleccionado, llamado y abrazado, y se te
dice que te pongas de guardia; porque la señal tiene su tiempo señalado para
madurar y florecer, ¡y ese tiempo son treinta años!
Mi amigo Benny, no recuerda el
abrazo, pero yo lo recuerdo muy bien. Era en 1929. Yo estaba completamente
consciente del abrazo, así como estuve completamente consciente de su
cumplimiento en 1959, así que le puedo decir a cualquier por mi propia
experiencia, cómo sucede, pero no puedo decirte cuándo, si no recuerdas el
abrazo. Solo luego del embarazo puedo profetizar respecto a qué, y cuando estas
cosas sucederán.
Pero yo sí sé que la ley de Dios
refleja todo hasta aquí abajo en este mundo del Cesar. No sé cuánto tiempo de
incubación le lleva a cada huevo en el nido, pero sí sé que cada uno nacerá en
su propio tiempo. Y así también es con una asunción. Si yo deseo ser rico, quizás
no sepa cuánto tiempo me llevará para alcanzar la convicción de que yo poseo
grandes riquezas, pero cuando sienta que las riquezas son mías, yo he
concebido. La concepción es mi final. La cantidad de tiempo entre mi deseo y su
concepción depende completamente de mi convicción interna de que YA está hecho.
A un caballo le lleva doce meses, a una vaca nueve meses, a un pollo veintiún
días, así que hay (diferentes) intervalos de tiempo; pero todo dependerá al
simple hecho de que la verdad respecto a cualquier concepto es conocida por el
sentimiento de su certeza. Cuando tú lo conoces, ¡no hay ni una cosa que pueda
perturbar tu SABER!
En mi propio caso, mientras
sentía a la rampa debajo de mis pies, y el rocío salado y la baranda del barco
en Barbados, el teléfono sonó y el pasaje era mío. Ha habido otros momentos en
que tomó más tiempo. Desafortunadamente no llevamos cuentas para ver cuánto
tiempo tarde en manifestarse luego de haberlo hecho. Pero un concepto es un
huevo y permanece siéndolo hasta que lo ocupas. ¡Ocupa tu deseo! Siente su
certeza y tú podrás profetizar su cumplimiento.
Aunque no sabía lo que
sucedería luego de eso, yo escribí lo
que me sucedió en 1929, así que cuando nací de arriba y resucité desde adentro
mío en 1959, yo miré atrás para descubrir que habían pasado treinta años.
Descubrí que Jesús comenzó su ministerio cuando tenía treinta años de edad, y
que Israel hizo su éxodo treinta años luego de los cuatrocientos grabados en
Génesis. Celebraremos este éxodo en el futuro inmediato como la Pascua, “un día
para guardar en la memoria para siempre”. Porque “Esta es una noche de vigilia
para el Señor. En ese mismo día, el Señor sacará a todos los ejércitos de
Israel de la tierra de Egipto.” Y ellos
saldrán uno por uno. Así que si alguien me cuenta una historia que no es parte
de mi experiencia, yo no puedo ni confirmarlo ni negarlo; yo solo sé que mis
experiencias igualan a las escrituras.
Pero te digo a ti: Todo tiene su
tiempo señalado. Madurará y florecerá, si su cumplimiento pareciera tardar,
espera, porque ciertamente vendrá y no se demorará. Todo viene a tiempo, pero
no conocemos el intervalo de tiempo porque no hemos grabado su concepción. En
mi caso, yo mantengo un diario personal. Reviso las escrituras para descubrir
dónde está el pasaje que yo he experimentado y escribo su fecha al costado.
Ahora sé el período de tiempo que lleva cumplir las escrituras. También sé que
cuando se trata del mundo del Cesar, yo he recibido confirmación aun mientras
estaba en el silencio. Yo había explotado justo dentro del ahora y, habiendo
sentido la excitación, yo sabía que tenía que suceder, pero no sabía cuándo. Podría
ser un día, una semana, o un mes. Tres semanas atrás escuche (en mi interior)
las buenas noticias para un amigo, y hoy recibí confirmación de que ya se ha
completado. No voy a catalogar ese evento para decir que ese deseo en
particular se iguala a todos los deseos, porque un deseo puede ser tan
diferente como el huevo de un pollo lo es del huevo (óvulo) de un elefante. Lo que
sí sé, sin embargo, es que los eventos de las escrituras sí tienen períodos de
tiempo definidos. Las escrituras se cumplen a sí mismos en los tiempos de Dios,
y no puedes demorar ni apresurar su venida.
Una amiga me escribió esta
semana, diciendo: “Me encontré a mí misma sentado en una mesa, mirando a un
hermoso plato que contenía un pedazo de carne cruda, cuando escuché estas
palabras: ‘cómelo’. Obedeciendo a esta orden, luego escuché una voz decir, “Has
comido del cuerpo de Dios”. Esta dama ha cumplido los versículos 51 y 56 del capítulo
6 del libro de Juan: “Mi carne es el pan de la vida. Aquel que la coma tendrá
vida eterna”. Ella ha comido completamente el cuerpo de la verdad revelada, y
la vida eterna ahora es suya. No puedo decirle cuándo será llamada, pero ella
ha aceptado a la verdad revelada, lo cual es el cuerpo de Dios.
Otra carta me llegó, contándome
cómo esta dama pasaba el día trabajando en los libros de su esposo. Ella estaba
tan pero tan cansada que se quedó dormida, ella dijo: “Padre, no puedo tomar a
cada aspecto del día y cambiarlo, pero puedo imaginar que nunca ha sucedido”. Así
que comenzó a crear una escena la cual implicaría que todos los problemas del día
habían sido resueltos, cuando de la nada misma, ella vio una enorme escena de
montañas cubiertas de magníficos árboles. Mientras observaba esto, ella
descubrió que su actividad mental causaba que los árboles se movieran. Y que el
mundo exterior de imágenes se ajustaba a sí mismo en armonía con sus
pensamientos. Luego ella dijo, “Llegué a la conclusión de que mi Dios es un
Dios de acción, porque vi todo lo que estaba imaginando sucediendo ahora.
Siento como si el mundo se está moviendo dentro de mi como si estuviera en un
desfile.” Así es como Dios ve al hombre. Estamos eternamente ajustándonos a su
perfecto ser. Él está mirando hacia afuera, y aun así todo está sucediendo en
el interior.
Esta noche te pido que tomes a la
cosa más fantástica del mundo y encuentras una convicción interna dentro tuyo
de que Ya es tuyo, porque la verdad de cualquier concepto se la conoce por el
sentimiento de certeza que esa convicción inspira. Una vez que tienes ese
sentimiento interno de certeza, no me pidas que lo confirme. ¿Qué importa lo
que yo piense? No te desilusiones si tu experiencia no la he tenido yo. Cree en
ti mismo, y confía en tu sentimiento interior. Ponte a prueba y si funciona en
este nivel, funcionará en las profundidades de tu ser.
Si yo, en mi imaginación, subo a
una rampa, y mientras miro con nostalgia a la pequeña isla de Barbados el
teléfono suena, ofreciéndome el pasaje que yo deseaba, ¿Acaso no estoy
influenciando a mi mundo externo? ¿Acaso
la llamada telefónica no estaba reflejando mi actividad mental? Yo llegue al
punto de sentir una certeza peculiar, y la certeza fue su inspiración.
Tú siempre puedes decir la verdad
de cualquier concepto por el sentimiento de certeza el cual inspira. Cuando
imaginas viendo al mundo como tú deseas que fuese, y eres inspirado por su
verdad, no importa lo que todos los demás piensen. No me importa lo que es;
cuando tú sabes lo que quieres, puedes hacer a tu deseo tan real, tan natural,
que alcanzarás un sentimiento de certeza el cual ningún poder en el mundo puede
detenerlo. Cuando ese sentimiento es tuyo, lo sueltas. No le preguntes a nadie
si lo que has hecho está bien o mal; lo hiciste, y eso es todo lo que se
necesita.
Ahora, déjenme que comparta una
carta que recibí de Benny. Él dijo: “Unos amigos míos (negros), un hombre y su
esposa me invitaron a una fiesta. En el camino paramos en su casa, cuando un
grupo de caucáseos, adolescentes, estaban teniendo una fiesta. De repente mis
amigos aparecieron en el umbral de la puerta, con el abrigo y el sombrero en
sus manos, y me dijeron, ‘Tú quédate y cuida a los chicos’. Yo estaba
shockeado, pero me di vuelta para mirar a los chicos y chicas, cuando de la
nada misma, un muchacho rubio de ojos claros y piel clara se me acercó, y
cuando lo miré, supe que era David*. Él me miro a los ojos y me dijo, ‘Yo sé
que nuestro Padre nunca nos dejará’. En ese momento conocí a mi hijo David, y
aun así también supe que yo era el padre de todos. Esto fue el miércoles. Al
siguiente viernes, mientras le conté esta experiencia a mis amigos, desperté
para descubrir que había estado soñando, porque desperté en mi cama.”
*David
es el símbolo de la humanidad completa, que como dice la biblia (1era. Samuel):
"un hombre conforme a mi corazón, que hará toda mi voluntad"
Aquí está la duplicación de un
sueño, la confirmación como se nos dijo en el capítulo 41 del Génesis. Ahora,
no puedes alterar la historia de las escrituras. David es descripto en el capítulo
16 de 1era. Samuel, y no podrás cambiar la descripción no importa quién seas.
El niño Cristo no es descripto, así que él puede ser negro, rosado, blanco, o
amarillo. No hay descripción de Jesús tampoco, pero yo les diré quién es él. Él
es el Anciano de días como se lo describe en el libro de Daniel y en
Apocalipsis. Cuando ves a David, él es la juventud del antiguo que él observa.
Benny ahora está vistiendo una piel muy oscura, pero en los ojos de su hijo
David, de piel pálida, rubio y ojos celestes, Benny es el Antiguo de Días, el
Santo de Israel. Aquel que reconocemos y llamamos Benny ahora se reconoce a sí
mismo sabiendo que es el Señor resucitado. Ahora le diré que en el octavo día
de Julio él será partido en dos de pies a cabeza. Yo lo sé, porque la visión
tiene su tiempo señalado; madurará y florecerá. Aunque tarde, espérala; porque
ciertamente vendrá, no se demorará.
Ahora, el libro de Ezequiel
comienza así: “Al año treinta, los cielos se abrieron y yo vi visiones de
Dios”. Ezequiel te da un día y un mes, no significando nada. Lo importante es
que en el año número 30, los cielos se abrieron y las visiones de Dios fueron
suyas. “Y mientras miraba, he aquí, un viento tormentoso”. Eso es exactamente
lo que sucede. Un viento supernatural viene en el año treinta, y tú naces de
arriba, naces nuevamente a través de la resurrección de Jesucristo de entre los
muertos. Jesucristo es el patrón de salvación de Dios, enterrado en ti. Su
muerte en el sentido más literal es tu vida, y su resurrección es posible solo
luego que él se embaraza a sí mismo.
Dios el que envía, y el hombre el
enviado, son uno. Enamorándose con aquel que envió, Dios lo embaraza. Él planta
su semilla, lo cual toma treinta años en germinar, y es su misión comenzar.
Esta experiencia viene al hombre luego de haber cargado su cruz en esta tierra
salvaje que es este mundo, por miles de años. A pesar de las cosas horribles
que suceden en el mundo, cuando el individuo es llamado y abrazado, ¿Qué
importa lo que él tenga que atravesar antes de despertar? En un corto período
de solo 30 años él nacerá en una era completamente diferente, porque durante
ese tiempo él es sacado de esta era y es puesto en esa era, la era del reino de
los cielos.
Ahora, porque tú conoces este
concepto, no pienses que eres mejor que otra persona. Tú eres poder creativo. Párate
sobre tu torre y observa para ver lo que Dios va a decir, y cómo responderás.
Haz esto al asumir que eres la persona que quieres ser, y al ver lo que verías
si tu asunción fuese real. Permanece
allí hasta que sientas su certeza, hasta que alcances al punto de satisfacción,
hasta que estés convencido de su realidad; y aunque el mundo se colapse a tu
alrededor, aun así te convertirás en aquello que has asumido que eres.
En el capítulo 21 del libro de
Juan se dijo que si se tendrían que contar todas las cosas respecto a
Jesucristo, el mundo mismo no podría contener los libros; así que no pienses
que porque yo no he tenido tu experiencia, que no es cierto – pero no me
obligues a aceptarla. Cree lo que quieras, y ve por tu camino esta noche. Mi
patrón ha seguido a las escrituras completamente, desde el abrazo hasta el
descenso de la paloma, pero no estoy diciendo que es la única manera.
Estoy diciendo, sin embargo, que
tú puedes ser el hombre o la mujer que quieres ser, pero no con meramente
desear. Tú debes hacer el esfuerzo de mirar al mundo mentalmente y ver que
refleja tu deseo cumplido. Y cuando lo refleje, debes permanecer en ese estado
hasta que alcances la certeza interna de que lo que estás viendo, tocando,
saboreando, oliendo y escuchando es verdad. Vístete a ti mismo en el
sentimiento de su realidad - ¡Y explota! Haz esto, y tú estarás embarazado. Y ¿Qué
haces luego de quedar embarazo? ¡Nada! Tú simplemente esperas a que aparezca su
nacimiento, a su hora señalada. ¡Y así será! Cuando menos lo esperes tu deseo
se materializará a sí mismo en el mundo para que lo disfrutes, ya sea en salud,
en riquezas o fama. Así es cómo funciona la ley de Dios.
Ahora, para aquella que tuvo esta
experiencia la otra noche, yo sé que estás ansiosa en dar a luz ya mismo, pero ¿Qué
son treinta años en esta fabulosa eternidad? Tú estabas despierta cuando
sucedió y nunca perderás su memoria. Si partieras esta noche, para encontrarte
a ti misma siendo una joven dama de veinte, solo tendrás cincuenta cuando
extraigas al niño Cristo. Luego verás el patrón completo cumplirse en tres años
y medio, y entrarás en una nueva era, lo cual es el mundo de la eternidad. Mi querida,
estás destinada a conocer la partida de este mundo de muerte y la entrada al
mundo de vida eterna, cuando te muevas de la oscuridad hacia la luz. Pero tu
reacción fue natural.
Me recordó a una historia que
escuché en la Ciudad de Nueva York. Esta joven mujer venia corriendo hacia el
subte, y parándose delante de un caballero ella dijo; “Por favor, ¿Dejaría a
una dama embarazada tener su asiento? Saltando y terriblemente perturbado, el
caballero dijo, “¿Cuándo espera al bebe?” Y ella respondió: “No lo sé, acaba de
suceder”. Pero esta dama sabe que serán treinta años, pero qué son treinta años
cuando has sido llamado, has sido seleccionado, has sido elegido. ¡Serás uno de
los elegidos!
Ahora, vayamos al silencio.
Titulo original en inglés: AN
INNER CONVICTION
YY
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